Antes de concluir este sábado su recorrido por Chiapas, integrantes de la Comisión Civil Internacional de Observación de los Derechos Humanos (CCIODH) visitaron los Ceresos 14 de Cintalapa (El Amate) y 5 de San Cristobal de las Casas, para entregar a La Voz del Amate, La Voz de los Llanos y otros grupos de presos el informe de su visita en febrero pasado.
Los integrantes de La Voz del Amate dijeron a la Comisión “haber sido golpeados durante los traslados” ocurridos el pasado martes 27. En su testimonio, Miguel Gómez Gómez, Antonio Gómez Díaz, Genaro Gutiérrez Velazco, Ángel Rosario, Julio César Pérez Ruiz, Alberto Patishtán Gómez, José Pérez Pérez y Marcelino Díaz González detallaron “haber recibido golpes de tolete, puñetazos y una patada en el tobillo, así como haber sido jalados violentamente de las esposas”.
Uno de los presos denunció que los agentes estatales le colocaron una bolsa en la cabeza, mientras al resto les taparon la cabeza con sus propias ropas. También narran haber sido obligados a viajar sobre las planchas calientes del vehículo que los trasladaba. Otro más “fue encadenado de tronco y brazos”. En la agresión “participó uno de los comandantes del penal”.
A su regreso a El Amate, los reclusos encontraron que sus pertenencias habían sido robadas y el campamento donde han vivido los recientes dos años y medio fue desmantelado y destrozado. El espacio donde se ubicaba el campamento “está siendo cercado”. La CCIODH transmitió estos testimonios al director del penal, Fernando Estrada, “quien aseguró que serán devueltas sus pertenencias”. Algunos de los presos carecen inclusive de calzado.
La CCIODH manifiesta que, “por la premura de la visita, motivada por el traslado de estos presos a otros penales el pasado martes y su posterior retorno la madrugada del jueves”, no pudo entregar el informe a los condenados por la masacre de Acteal ni a los presos de Paz y Justicia, con quienes también se entrevistó en febrero.
Los integrantes de La Voz del Amate dijeron a la Comisión “haber sido golpeados durante los traslados” ocurridos el pasado martes 27. En su testimonio, Miguel Gómez Gómez, Antonio Gómez Díaz, Genaro Gutiérrez Velazco, Ángel Rosario, Julio César Pérez Ruiz, Alberto Patishtán Gómez, José Pérez Pérez y Marcelino Díaz González detallaron “haber recibido golpes de tolete, puñetazos y una patada en el tobillo, así como haber sido jalados violentamente de las esposas”.
Uno de los presos denunció que los agentes estatales le colocaron una bolsa en la cabeza, mientras al resto les taparon la cabeza con sus propias ropas. También narran haber sido obligados a viajar sobre las planchas calientes del vehículo que los trasladaba. Otro más “fue encadenado de tronco y brazos”. En la agresión “participó uno de los comandantes del penal”.
A su regreso a El Amate, los reclusos encontraron que sus pertenencias habían sido robadas y el campamento donde han vivido los recientes dos años y medio fue desmantelado y destrozado. El espacio donde se ubicaba el campamento “está siendo cercado”. La CCIODH transmitió estos testimonios al director del penal, Fernando Estrada, “quien aseguró que serán devueltas sus pertenencias”. Algunos de los presos carecen inclusive de calzado.
La CCIODH manifiesta que, “por la premura de la visita, motivada por el traslado de estos presos a otros penales el pasado martes y su posterior retorno la madrugada del jueves”, no pudo entregar el informe a los condenados por la masacre de Acteal ni a los presos de Paz y Justicia, con quienes también se entrevistó en febrero.
Hermann Bellinghausen, La Jornada, 31 de mayo.
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