NUEVA YORK.- El Presidente Felipe Calderón urgió ayer al Congreso de la Unión a tomar una decisión sobre la reforma energética que propuso su gobierno.
"Ahora el Congreso está deliberando, tenemos un debate largo y tendido, y entonces ahora hay que hablar de los hechos.
"Tengo gran respeto por el Congreso, yo antes era congresista -eso fue una parte muy agradable de mi vida-, pero lo único que pido y espero del Congreso es que tome la decisión, porque no tenemos tiempo que perder", advirtió ante el influyente Club Económico de Nueva York.
De la decisión que adopte el Congreso, advirtió, depende que a México "le vaya mejor o le vaya peor".
En la sesión de preguntas, Bárbara Hackman Franklin, quien fuera Secretaria de Comercio con George Bush padre, le había pedido al Presidente que explicara cuál es el proceso por el que atraviesa la discusión energética en México.
Calderón comenzó por señalar que su gobierno apostó a "decirle la verdad a la gente".
Hizo notar que Petróleos Mexicanos (Pemex) ya está perdiendo capacidad de producción de gasolinas, y aclaró que su propuesta de reforma no busca la privatización.
En inglés, ante unos 200 comensales que se reunieron en el hotel Waldford, Calderón se preció de haber introducido en la opinión pública la cuestión petrolera.
"Naturalmente es un punto muy delicado; probablemente ningún Presidente antes que yo presentó una iniciativa en este campo, porque en términos políticos es como un pecado capital hablar de eso", sostuvo.
Agregó que su proyecto plantea un esquema para fortalecer las capacidades de Pemex, conservando la paraestatal "como una compañía pública, porque Pemex solamente puede ser para todos los mexicanos, y esta es la razón de la reforma".
Consideró que los mexicanos tienen que conocer las alternativas para fortalecer a Pemex, aunque también consideró que debe ser planteado un escenario en el cual se determine no hacer nada, con el consecuente empeoramiento de los problemas.
"Podemos seguir importando gasolina de Estados Unidos o podemos cambiar y tener la misma fuerza de otras compañías del mundo, como Petrobras (de Brasil), que ha tenido gran éxito", planteó.
A pregunta expresa, Calderón también abordó la convulsión financiera en Estados Unidos y sus repercusiones en México.
Reconoció que las expectativas de crecimiento de la economía nacional tendrán que reducirse como consecuencia de la crisis de Wall Street.
Sin embargo, aseguró que México está mejor preparado que antes para esta contingencia. Afirmó que ya no tiene cabida lo que se decía antaño: "que si a Estados Unidos le daba gripe, a México le daba pulmonía".
"Pero este no es el caso hoy día: estamos sufriendo, naturalmente, los efectos de la situación de EU, pero los datos nos demuestran que México ahora es mucho más capaz de superar esta situación", dijo.
"Ahora el Congreso está deliberando, tenemos un debate largo y tendido, y entonces ahora hay que hablar de los hechos.
"Tengo gran respeto por el Congreso, yo antes era congresista -eso fue una parte muy agradable de mi vida-, pero lo único que pido y espero del Congreso es que tome la decisión, porque no tenemos tiempo que perder", advirtió ante el influyente Club Económico de Nueva York.
De la decisión que adopte el Congreso, advirtió, depende que a México "le vaya mejor o le vaya peor".
En la sesión de preguntas, Bárbara Hackman Franklin, quien fuera Secretaria de Comercio con George Bush padre, le había pedido al Presidente que explicara cuál es el proceso por el que atraviesa la discusión energética en México.
Calderón comenzó por señalar que su gobierno apostó a "decirle la verdad a la gente".
Hizo notar que Petróleos Mexicanos (Pemex) ya está perdiendo capacidad de producción de gasolinas, y aclaró que su propuesta de reforma no busca la privatización.
En inglés, ante unos 200 comensales que se reunieron en el hotel Waldford, Calderón se preció de haber introducido en la opinión pública la cuestión petrolera.
"Naturalmente es un punto muy delicado; probablemente ningún Presidente antes que yo presentó una iniciativa en este campo, porque en términos políticos es como un pecado capital hablar de eso", sostuvo.
Agregó que su proyecto plantea un esquema para fortalecer las capacidades de Pemex, conservando la paraestatal "como una compañía pública, porque Pemex solamente puede ser para todos los mexicanos, y esta es la razón de la reforma".
Consideró que los mexicanos tienen que conocer las alternativas para fortalecer a Pemex, aunque también consideró que debe ser planteado un escenario en el cual se determine no hacer nada, con el consecuente empeoramiento de los problemas.
"Podemos seguir importando gasolina de Estados Unidos o podemos cambiar y tener la misma fuerza de otras compañías del mundo, como Petrobras (de Brasil), que ha tenido gran éxito", planteó.
A pregunta expresa, Calderón también abordó la convulsión financiera en Estados Unidos y sus repercusiones en México.
Reconoció que las expectativas de crecimiento de la economía nacional tendrán que reducirse como consecuencia de la crisis de Wall Street.
Sin embargo, aseguró que México está mejor preparado que antes para esta contingencia. Afirmó que ya no tiene cabida lo que se decía antaño: "que si a Estados Unidos le daba gripe, a México le daba pulmonía".
"Pero este no es el caso hoy día: estamos sufriendo, naturalmente, los efectos de la situación de EU, pero los datos nos demuestran que México ahora es mucho más capaz de superar esta situación", dijo.
Mayolo López, enviado, Reforma, 26 de septiembre.
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