BOGOTÁ.- Colombia se ha convertido en años recientes en un país de acogida para los venezolanos que deciden emigrar debido, principalmente, a la situación política, económica y de inseguridad en Venezuela.
Cifras del área de extranjería del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) colombiano, a las que REFORMA tuvo acceso, dan cuenta de que el número de inmigrantes venezolanos en Colombia va en aumento.
De los 4 mil 810 venezolanos a quienes se expidió cédula de extranjería -para residir en Colombia- entre 2005 y 2007, la cifra se disparó a 9 mil 706 entre 2008 y 2009, más del doble.
Y si se compara el número de cédulas expedidas a venezolanos por año, entre 2006 y 2009, la cifra prácticamente se multiplicó por cinco, al pasar de mil 386 a 6 mil 586.
Según registros de los flujos migratorios, de los 956 mil 403 venezolanos que ingresaron a Colombia entre 2005 y 2009, sólo volvieron a su país 898 mil 759, lo que quiere decir que 57 mil 644 venezolanos todavía estaban en estas tierras a comienzos de 2010.
Ahora es más común tener a residentes venezolanos de vecinos o como estudiantes.
Tan afectos a la "rumba (fiesta)" como los colombianos, ahora se les ve con más frecuencia en bares y discotecas.
Y cada uno de estos venezolanos tiene una historia que contar.
Juan Carlos Rosales, de 45 años, es un empresario que llegó a Bogotá con su familia en enero.
"Estamos aquí para drenar un poco el tema de la inseguridad en Venezuela, el tema político, que no está claro para dónde vamos; decidimos buscar nuevos rumbos", afirmó Rosales, a las afueras del consulado venezolano, donde tramitaba unos papeles.
Rosales cuenta que se le presentó una oportunidad de desarrollar sus negocios en Colombia y tener suegra colombiana le facilitó los trámites.
Admite que la expropiación de empresas y tierras, la incertidumbre jurídica, los cada vez más estrictos controles y la retórica anticapitalista del Gobierno en Venezuela influyeron en su decisión de viajar a Colombia.
"Hay una amenaza latente, incertidumbre, cualquier cosa puede pasar, entonces uno busca prevenirse para que no le afecte una acción de ese tipo, alternativas fuera del país", refirió.
En Bogotá, tiene previsto quedarse al menos tres años.
Valentina, de 20 años, estudia periodismo. Hace siete años, debido al paro petrolero en Venezuela, viajó a Colombia con su madre, quien trabajaba en un canal de televisión que fue cerrado.
"Ella tenía menos posibilidades de trabajar y se vino para acá porque le hicieron una propuesta muy buena", dijo Valentina, quien asegura se quedará un tiempo considerable en Colombia.
Silvia Parra, venezolana presentadora de televisión, lleva viviendo ocho años en Colombia.
"La crisis e inestabilidad política y social por la que atravesaba Venezuela, tras el golpe de Estado al Presidente Chávez en 2002, fue lo que me llevó a vislumbrar opciones de vida en otra parte", contó.
Octavio Pineda corresponsal, Reforma, 28 de abril.
Cifras del área de extranjería del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) colombiano, a las que REFORMA tuvo acceso, dan cuenta de que el número de inmigrantes venezolanos en Colombia va en aumento.
De los 4 mil 810 venezolanos a quienes se expidió cédula de extranjería -para residir en Colombia- entre 2005 y 2007, la cifra se disparó a 9 mil 706 entre 2008 y 2009, más del doble.
Y si se compara el número de cédulas expedidas a venezolanos por año, entre 2006 y 2009, la cifra prácticamente se multiplicó por cinco, al pasar de mil 386 a 6 mil 586.
Según registros de los flujos migratorios, de los 956 mil 403 venezolanos que ingresaron a Colombia entre 2005 y 2009, sólo volvieron a su país 898 mil 759, lo que quiere decir que 57 mil 644 venezolanos todavía estaban en estas tierras a comienzos de 2010.
Ahora es más común tener a residentes venezolanos de vecinos o como estudiantes.
Tan afectos a la "rumba (fiesta)" como los colombianos, ahora se les ve con más frecuencia en bares y discotecas.
Y cada uno de estos venezolanos tiene una historia que contar.
Juan Carlos Rosales, de 45 años, es un empresario que llegó a Bogotá con su familia en enero.
"Estamos aquí para drenar un poco el tema de la inseguridad en Venezuela, el tema político, que no está claro para dónde vamos; decidimos buscar nuevos rumbos", afirmó Rosales, a las afueras del consulado venezolano, donde tramitaba unos papeles.
Rosales cuenta que se le presentó una oportunidad de desarrollar sus negocios en Colombia y tener suegra colombiana le facilitó los trámites.
Admite que la expropiación de empresas y tierras, la incertidumbre jurídica, los cada vez más estrictos controles y la retórica anticapitalista del Gobierno en Venezuela influyeron en su decisión de viajar a Colombia.
"Hay una amenaza latente, incertidumbre, cualquier cosa puede pasar, entonces uno busca prevenirse para que no le afecte una acción de ese tipo, alternativas fuera del país", refirió.
En Bogotá, tiene previsto quedarse al menos tres años.
Valentina, de 20 años, estudia periodismo. Hace siete años, debido al paro petrolero en Venezuela, viajó a Colombia con su madre, quien trabajaba en un canal de televisión que fue cerrado.
"Ella tenía menos posibilidades de trabajar y se vino para acá porque le hicieron una propuesta muy buena", dijo Valentina, quien asegura se quedará un tiempo considerable en Colombia.
Silvia Parra, venezolana presentadora de televisión, lleva viviendo ocho años en Colombia.
"La crisis e inestabilidad política y social por la que atravesaba Venezuela, tras el golpe de Estado al Presidente Chávez en 2002, fue lo que me llevó a vislumbrar opciones de vida en otra parte", contó.
Octavio Pineda corresponsal, Reforma, 28 de abril.
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