El Senado de la República tiene listo un proyecto de dictamen sobre la reforma política, de nueve puntos, cuyo eje articulador es fortalecer la democracia participativa al normar la consulta ciudadana cada tres años para atender “temas de interés nacional”.
Además, incluye abrir las candidaturas ciudadanas únicamente a nivel municipal y un modelo para que el titular del Ejecutivo acuda a rendir su Informe de gobierno con garantías a través de una “interlocución más fluida”.
En el aire están la segunda vuelta, reducción de las cámaras, reelección legislativa y ratificación del gabinete, que en último esfuerzo se negocian al “más alto nivel” a través de los senadores del PRD, Graco Ramírez; del PAN, Alejandro Zapata, y del PRI, Jesús Murillo.
De esta manera quedó sepultado el esfuerzo por lograr una reforma que transforme el régimen político mexicano, como se esperaba cuando el presidente Felipe Calderón Hinojosa envió un decálogo para ciudadanizar la política, en diciembre del año pasado, pues al inicio de esta discusión se enlistaron casi 50 temas para reformar.
De éstos, únicamente transitaron nueve, entre ellos sustitución total del Presidente en caso de falta absoluta, y la reconducción presupuestal. No hubo consenso para reducir el número de integrantes del Congreso de la Unión.
Los senadores involucrados en la negociación acordaron llevar a tribuna este texto, que tampoco incluye gobiernos de coalición, y dejar para el próximo periodo ordinario de sesiones, que iniciará en febrero de 2011, las reformas al sistema electoral y régimen de partidos.
La discusión del proyecto se hizo en dos planos: uno, coordinado por los investigadores Lorenzo Córdova y María Amparo Cazar, y otro, “al más alto nivel”, que se formalizó con la conformación de un grupo de senadores que harán un último esfuerzo para negociar con el gobierno federal la ratificación del gabinete y la segunda vuelta.
Se prevé que a más tardar la otra semana el pleno del Senado conozca en primera lectura este dictamen, que tendrá como éxito elevar a rango constitucional instrumentos de democracia participativa.
Además, incluye abrir las candidaturas ciudadanas únicamente a nivel municipal y un modelo para que el titular del Ejecutivo acuda a rendir su Informe de gobierno con garantías a través de una “interlocución más fluida”.
En el aire están la segunda vuelta, reducción de las cámaras, reelección legislativa y ratificación del gabinete, que en último esfuerzo se negocian al “más alto nivel” a través de los senadores del PRD, Graco Ramírez; del PAN, Alejandro Zapata, y del PRI, Jesús Murillo.
De esta manera quedó sepultado el esfuerzo por lograr una reforma que transforme el régimen político mexicano, como se esperaba cuando el presidente Felipe Calderón Hinojosa envió un decálogo para ciudadanizar la política, en diciembre del año pasado, pues al inicio de esta discusión se enlistaron casi 50 temas para reformar.
De éstos, únicamente transitaron nueve, entre ellos sustitución total del Presidente en caso de falta absoluta, y la reconducción presupuestal. No hubo consenso para reducir el número de integrantes del Congreso de la Unión.
Los senadores involucrados en la negociación acordaron llevar a tribuna este texto, que tampoco incluye gobiernos de coalición, y dejar para el próximo periodo ordinario de sesiones, que iniciará en febrero de 2011, las reformas al sistema electoral y régimen de partidos.
La discusión del proyecto se hizo en dos planos: uno, coordinado por los investigadores Lorenzo Córdova y María Amparo Cazar, y otro, “al más alto nivel”, que se formalizó con la conformación de un grupo de senadores que harán un último esfuerzo para negociar con el gobierno federal la ratificación del gabinete y la segunda vuelta.
Se prevé que a más tardar la otra semana el pleno del Senado conozca en primera lectura este dictamen, que tendrá como éxito elevar a rango constitucional instrumentos de democracia participativa.
Elena Michel y Ricardo Gómez, El Universal, 24 de noviembre.
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