Buscan políticos la bendición

SILAO.- En la lectura del Evangelio según San Juan, Jesús habló ayer a Felipe y a Andrés.

Cuenta el Evangelio que algunos griegos que llegaron a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta de la Pascua, se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, para pedirle: "Señor, quisiéramos ver a Jesús...".

"Felipe -reza el Evangelio- fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús y él les respondió: 'ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado...'".

Seguidor de Jesús en la Tierra, Andrés Manuel López Obrador enarboló ayer en el Parque Bicentenario de esta ciudad el perdón para Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, quien, según ha denunciado el tabasqueño, le robó la elección de 2006.

"Estoy extendiendo mi mano franca a todos. No odio. No soy un hombre de resentimientos. Perdono a todos, le perdono a él (Calderón) en particular, a todos", declaró la víspera al periódico "El País".

Al conjuro de la multitudinaria misa que ofició el Papa Benedicto XVI, Andrés Manuel y Felipe de Jesús ocuparon -separados unos 200 metros- el área VIP que colmaron cientos de invitados.

En el Parque Bicentenario la lectura del Evangelio según San Juan antecedió a la muy esperada homilía del teólogo Joseph Ratzinger, frente a una marea humana calculada en unos 640 mil católicos que fatigaron horas y horas de espera para mirar y escuchar al pontífice.

El que sin decir agua va se le apareció a López Obrador fue Vicente Fox, cuyo gobierno empujó el polémico desafuero con el que el tabasqueño a punto estuvo de perder la posibilidad de buscar la Presidencia de la República en 2006.

"Hola, bienvenido", saludó Fox tocando el hombro del que fuera su acérrimo rival. Sorprendido, el tabasqueño se incorporó de su silla y le tendió la mano al guanajuatense.

Atestiguaron el insólito hecho las esposas de ambos personajes, Martha Sahagún y Beatriz Gutiérrez, así como Genaro Góngora Pimentel, ex ministro de la Suprema Corte.

Dispersos en esa área, anhelantes de bendiciones para los días por venir, desfilaron Josefina Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto y Gabriel Quadri, los abanderados presidenciales postulados por el PAN, el PRI y Nueva Alianza.

Acompañado por su esposa, Angélica Rivera, Peña Nieto se acercó a saludar a la aspirante panista, que como el candidato tricolor, asistió a la misa vestida de negro.

En ese mismo rectángulo VIP, al extremo izquierdo, estaban el Presidente Felipe Calderón, su esposa Margarita Zavala, y sus tres hijos, María, Luis Felipe y Juan Pablo. Con ellos, los papás de Margarita, Diego Zavala y Mercedes Gómez del Campo; los secretarios de Gobernación y de Relaciones Exteriores, Alejandro Poiré y Patricia Espinosa, y la viuda de José Francisco Blake Mora, Gloria Cossío.

 
LOS PRIVILEGIADOS
 
Tras la homilía papal, la liturgia llamaba a la comunión. Y sobre la larga escalinata que llevaba al altar, se dibujó la figura del Jefe de Estado mexicano, Felipe Calderón, a la cabeza de una hilera formada por privilegiados que recibirían la hostia de manos del Papa.

Atrás de Calderón iban Margarita Zavala y sus hijos, seguidos por el gobernador anfitrión, Juan Manuel Oliva -el mismo que se proclamó "gestor" de la visita papal- y su esposa, Marta Martínez.

Con una leve inclinación, el Presidente Calderón recibió el pan de la comunión. Su esposa y sus hijos comulgaron hincados, tal y como lo hicieron Oliva y su esposa.

La niña Fátima Guzmán comulgó por primera vez. Hija de Ricardo Guzmán, el Alcalde de La Piedad, Michoacán, que fue asesinado por el crimen organizado, presentó su primera comunión al calor de la misa.

En algún momento Felipe Calderón saludó a Vázquez Mota, a su esposo y sus tres hijas.

Bendecidos por Benedicto XVI, los cuatro candidatos esperan la rudeza de la campaña. López Obrador obsequió el perdón a Calderón. Ya viene la Semana Santa. Y también días que no serán de guardar.


Mayolo López enviado, Reforma, 26 de marzo.

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