Crean en Querétaro estancia del migrante

TEQUISQUIAPAN, Qro.- Desde hace 11 años, Martín Martínez Ríos mantiene, junto con su familia y un sacerdote, la Estancia del Migrante González y Martínez, que opera en la estación del ferrocarril de Bernal, en este municipio.

Junto con su esposa Ana María, su hija Carolina, de 22 años, y otras cinco personas, todos los días el hombre prepara paquetes de comida con frijoles, sopa, arroz, guisado y tortillas para los migrantes centroamericanos que pasan por este lugar, rumbo a Estados Unidos.

"Yo soy el que cocina. Hay mujeres ahí, pero les da miedo cocinar en grandes cantidades y, yo le he aprendido con el paso del tiempo, y digo: si la necesidad es grande, pues hay que cocinar en grande", relata en entrevista el plomero de oficio y propietario de una verdulería.

La estancia, que hoy está en camino de convertirse en una asociación civil, nació en el 2000, luego de que Martín logró su sueño como migrante: construir su casa.

"Yo fui migrante. Yo un día me comprometí a ayudar a los migrantes. Yo estuve dos años de migrante, porque mi objetivo era hacer mi casa, y lo logré", recuerda.

En este proyecto encontró apoyo en el párroco de Tancoyol, Mario González Melchor, así como en los vecinos y feligreses que se cooperan con víveres para repartir entre los migrantes.

Aún así, para mantener la estancia Martín Martínez y el cura han hecho sacrificios.

"Hace seis meses yo le dije (al padre González): 'padre, ¿sabe qué?, ya nos estamos quedando sin recursos'. Yo vendí mi camioneta, y ese dinero nos duró como 15 días.

"Entonces, cuando se acabó ese dinero, yo le dije: 'No manche padre, ora venda su carro', y que lo vende. Le dieron 40 mil pesos, y nos duró casi un mes", expone.

El hombre dice que para mantener la estancia se llevan entre 30 y 45 mil pesos al mes.

"En 2009 nos gastamos un millón 800 mil pesos, y no sabemos de dónde los sacamos.

"Ahora lo que necesitamos es que nos ayuden con recursos, porque gastamos mucho, sobre todo en agua, porque cada día llenamos unos 200 a 300 envases", señala.

En este lugar, donde además ofrecen ropa, apoyo médico y orientación espiritual, no hay horarios. Lo mismo pueden comenzar a las 2 de la mañana, que pasar varios días sin dormir.

Todos los días se preparan entre 150 y 300 comidas, y bolsas con ropa.

Como el tren en el que se transportan los migrantes no tiene hora para pasar, Martín, su esposa e hija, deben estar listos y atentos.

"Cuando pasa el tren, y no para, nosotros tenemos preparadas bolsas de comida donde les ponemos arroz, frijoles, pan, tortillas y agua, y al paso del tren, se los aventamos", detalla.

Ahí, a la orilla de la vía, Martín y su familia, junto con las mujeres que les ayudan; se acercan al tren, observan, calculan el tiempo y el espacio, y lanzan las bolsas.

Uno arroja las bolsas con comida, y otros las de ropa.


Fernando Paniagua corresponsal, Reforma, 10 de marzo.

0 Responses to "Crean en Querétaro estancia del migrante"