Enloquecen venezolanos por autos chinos

CARACAS.- Los venezolanos están locos por los autos chinos.

En Caracas, afuera del primer concesionario de autos chinos armados en Venezuela, que abrió sus puertas hace mes y medio, decenas de personas hacen cola todos los días para comprar ahí un vehículo.

"Vine a comprar aquí porque en otras partes no hay carros y esto es una alternativa", dijo el estilista Juan Hernández, de 33 años, mientras esperaba frente a la agencia de autos Chery.

Los modelos a la venta son el Arauca y el Orinoco -el Presidente Hugo Chávez los bautizó así inspirado en dos ríos venezolanos-, los cuales son ensamblados en el país sudamericano desde 2011 gracias a un convenio con Beijing, que permitió la alianza entre Chery y una empresa local de capital estatal y privado.

De acuerdo con Chávez, estos autos ofrecen una opción más económica a los consumidores, quienes desde hace ya varios años sufren por la escasez de vehículos debido a las restricciones para su importación y el control cambiario que rige en Venezuela.

Según el economista José Guerra, las empresas chinas tienen preferencias cambiarias mientras que marcas como la japonesa Toyota y la estadounidense Chevrolet, que también tienen plantas en el país, no.

"Vinimos a comprar aquí porque es más barato y es lo que podemos pagar, gracias a los precios que puso el Presidente", dijo Yury Soto, una empleada pública de 37 años que asistió a la concesionaria para comprar un Arauca, que cuesta unos 20 mil dólares. El Orinoco cuesta 30 mil dólares.

Los venezolanos tienen que esperar al menos mes y medio para que, tras la aprobación de su crédito, les entreguen un auto chino. Con otros marcas ese proceso dura hasta seis meses.

Chery, que ya cuenta con otros tres puntos de venta afuera de la capital y espera tener 18 en total, vende actualmente entre 180 y 200 autos al mes. Para junio espera vender 400.

Según las metas iniciales, este año se deben ensamblar 18 mil 800 carros, mientras que en 2011 se armaron 5 mil unidades.


Reforma, 8 de marzo.