“No a otro sexenio de muerte y miedo”: PRI

El dirigente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, dijo ayer que corresponderá a su partido, este 1 de julio, “poner fin a la pesadilla de dolor, violencia, corrupción y pobreza que el PAN ha recetado al país en los últimos años”, y advirtió que con Enrique Peña Nieto los priistas “vamos a jubilar a los incompetentes gobernantes actuales”.

Orador único en la ceremonia del 83 aniversario del PRI, el senador Joaquín Coldwell expresó asimismo un rotundo “no”  a “otro sexenio de muerte y miedo”, y enfatizó que “es momento del cambio de estafeta” en México.

“Ya basta de parálisis, de falta de imaginación política. El problema es que el gobierno actual ha empobrecido la política”, señaló al hacer un duro repaso de lo que ha ocurrido en México en los últimos 12 años de gobiernos panistas, cuyo saldo, dijo, es que “el país navega sin rumbo”.

Ante la clase priista, gobernadores, ex presidentes de este partido, senadores, diputados y candidatos al Congreso, encabezados por el virtual abanderado a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, el ex mandatario de Quintana Roo dijo que el estado actual del país se debe “a la mediocre dirección política” que tiene en manos del blanquiazul.

En el auditorio Plutarco Elías Calles de la sede tricolor, que tuvo la máxima capacidad de asistencia, Joaquín Coldwell pronunció un discurso de casi 20 minutos.

“Es ya tiempo de que volvamos a entonar el himno de la vida y no de promover políticas de muerte”, expresó.

“En tanto, la derecha promueve más de lo mismo y la izquierda pasa súbitamente del radicalismo delirante a la república amorosa, el PRI con Enrique Peña Nieto está del lado del humanismo, de la calidad de vida, de quienes empujan el carro del progreso, de los que tienen experiencia y la mejor oferta para hombres y mujeres”, apuntó.

OBSESIONES ELECTORALES. Con un público casi delirante, que interrumpió su discurso hasta en cinco ocasiones –dos de ellas para aplaudir a Peña Nieto—, Joaquín Coldwell expresó:

“Las obsesiones electorales han contaminado la lucha contra el flagelo de la delincuencia. En vez de convocar consensos para combatir a los criminales, las autoridades se esmeran en partidizar el tema; lo utilizan como instrumento para descalificar a otras fuerzas políticas o para denostar a los otros niveles de gobierno”.

Agregó que se ha insistido en que la descomposición social que azota a México se caracteriza por el creciente desempleo, la rampante desigualdad, el crecimiento de la pobreza, la expansión incontrolada del crimen “y todo eso es cierto, pero no se ha dicho que uno de sus rasgos fundamentales es la mediocre dirección política”, subrayó.

“El problema es que el gobierno actual ha empobrecido la política y ha centrado su argumentación casi exclusivamente en los temas de delincuencia organizada, acciones que no terminan de debilitar a las bandas criminales, pero sí producen bajas entre civiles inocentes. El Poder Ejecutivo federal reduce su óptica a la represión armada y el resto de la agenda del país se ha postergado”, acusó.

En medio de una fuerte ovación para el precandidato presidencial, el líder del PRI aseguró que la campaña de Peña Nieto marcará un hito, el inicio de una nueva política:

“Una política que se propone cambiar todo lo que no funciona y nos mantiene en este prolongado estancamiento; una nueva política de hondo contenido económico y social que jubilará a los incompetentes dirigentes actuales, que tomará el mando y nos volverá a dar rumbo como país”, precisó.

Joaquín Coldwell subrayó que el país se encuentra estancado o en franco retroceso, pues ahora el número de pobres se ha multiplicado, los desempleados crecen sin freno, México tiene detenido su crecimiento y “la estabilidad económica que presume el gobierno es estéril”.

La inversión pública en infraestructura ha caído drásticamente; antes se construían colosales obras, gigantescas hidroeléctricas, ciudades turísticas, distritos de riego y hasta la majestuosa Ciudad Universitaria.

“Hoy el gobierno gasta cientos de millones de pesos en un monumento a la corrupción, que ofende la memoria de los padres de la Independencia y atenta contra la estética del Paseo de la Reforma en la capital de la República”, finalizó en clara alusión a la Estela de Luz del Bicentenario.


Luciano Franco, La Crónica, 5 de marzo.