BOGOTÁ.- Nelly Ávila, alias "Karina", considerada una de las jefas rebeldes más crueles de la guerrilla colombiana de las FARC, aseguró ayer que el grupo insurgente está fracturado y negó haber participado en el asesinato del padre del Presidente Álvaro Uribe, en 1983.
"No conozco la situación (de las FARC) a nivel nacional, pero sé que están resquebrajados", dijo la mujer de unos 40 años en Medellín, a donde fue llevada tras entregarse el domingo a la Policía colombiana.
Parca y tranquila, la guerrillera negó además haber participado en el crimen de Alberto Uribe, padre del Mandatario colombiano, quien responsabiliza a las FARC del asesinato, aunque los rebeldes lo atribuyen a venganzas entre narcotraficantes.
"No conozco ni supe nunca quién asesinó al papá del Presidente, no tengo las manos manchadas por ese hecho", sostuvo "Karina", quien fue presentada junto a su compañero sentimental alias "Michín".
El Ministro de Defensa Juan Manuel Santos, se negó a confirmar si la guerrillera esta acusada de asesinar al padre de Uribe porque dijo que carece de elementos de juicio para ratificarlo.
Ávila afirmó que desde hacía dos años no tenía comunicación con la cúpula de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y con el resto de la dirección del Frente 47, que comandó hasta 2002 cuando fue relegada del mando.
"De los miembros del secretariado (cúpula) no sé nada", agregó "Karina", al explicar que se rindió por la "presión" militar del Ejército y por temor a correr la misma suerte que "Iván Ríos", su jefe y uno de los siete miembros de la dirigencia de las FARC, asesinado en marzo pasado por un allegado para cobrar la recompensa que ofrecía el Gobierno.
"Como había tanto dinero por mí, eso me ponía a pensar mucho", afirmó al referirse al millón de dólares que ofrecían las autoridades colombianas a cambio de informes que llevaran a su captura.
"Karina" está acusada de cuatro masacres cometidas en la región de Urabá (noroeste) entre 1994 y 1996, y de decenas de secuestros y ataques a la fuerza pública, entre ellos la toma de un batallón en Juradó, en diciembre 1999, en la que murieron 25 militares y 12 fueron secuestrados.
En tanto, la Armada colombiana informó ayer que el jefe de una compañía de las FARC en el suroccidente de Colombia, Alexander Moriano Ortiz, alias "El Indio Olbany", también se entregó ayer a las autoridades.
El rebelde, de 37 años, tenía al mando 80 combatientes en los departamentos de Cauca y Putumayo.
Pierden evidencias
Las autoridades colombianas responsabilizaron al director de prisiones por la desaparición, anunciada ayer, de la computadora del ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso, recién extraditado a Estados Unidos.
El jefe de operaciones de la Agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), Michael Braun, por su parte, informó ayer que su país estaría dispuesto a negociar con los paramilitares colombianos recientemente extraditados sus condenas, si éstos cooperan con la justicia.
"No conozco la situación (de las FARC) a nivel nacional, pero sé que están resquebrajados", dijo la mujer de unos 40 años en Medellín, a donde fue llevada tras entregarse el domingo a la Policía colombiana.
Parca y tranquila, la guerrillera negó además haber participado en el crimen de Alberto Uribe, padre del Mandatario colombiano, quien responsabiliza a las FARC del asesinato, aunque los rebeldes lo atribuyen a venganzas entre narcotraficantes.
"No conozco ni supe nunca quién asesinó al papá del Presidente, no tengo las manos manchadas por ese hecho", sostuvo "Karina", quien fue presentada junto a su compañero sentimental alias "Michín".
El Ministro de Defensa Juan Manuel Santos, se negó a confirmar si la guerrillera esta acusada de asesinar al padre de Uribe porque dijo que carece de elementos de juicio para ratificarlo.
Ávila afirmó que desde hacía dos años no tenía comunicación con la cúpula de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y con el resto de la dirección del Frente 47, que comandó hasta 2002 cuando fue relegada del mando.
"De los miembros del secretariado (cúpula) no sé nada", agregó "Karina", al explicar que se rindió por la "presión" militar del Ejército y por temor a correr la misma suerte que "Iván Ríos", su jefe y uno de los siete miembros de la dirigencia de las FARC, asesinado en marzo pasado por un allegado para cobrar la recompensa que ofrecía el Gobierno.
"Como había tanto dinero por mí, eso me ponía a pensar mucho", afirmó al referirse al millón de dólares que ofrecían las autoridades colombianas a cambio de informes que llevaran a su captura.
"Karina" está acusada de cuatro masacres cometidas en la región de Urabá (noroeste) entre 1994 y 1996, y de decenas de secuestros y ataques a la fuerza pública, entre ellos la toma de un batallón en Juradó, en diciembre 1999, en la que murieron 25 militares y 12 fueron secuestrados.
En tanto, la Armada colombiana informó ayer que el jefe de una compañía de las FARC en el suroccidente de Colombia, Alexander Moriano Ortiz, alias "El Indio Olbany", también se entregó ayer a las autoridades.
El rebelde, de 37 años, tenía al mando 80 combatientes en los departamentos de Cauca y Putumayo.
Pierden evidencias
Las autoridades colombianas responsabilizaron al director de prisiones por la desaparición, anunciada ayer, de la computadora del ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso, recién extraditado a Estados Unidos.
El jefe de operaciones de la Agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), Michael Braun, por su parte, informó ayer que su país estaría dispuesto a negociar con los paramilitares colombianos recientemente extraditados sus condenas, si éstos cooperan con la justicia.
Nota de AFP y Notimex, Reforma, 20 de mayo.
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