Por segunda ocasión, el Senado de la República pospuso la discusión ante el pleno del dictamen sobre el fallecimiento del cubano Orlando Zapata, luchador de derechos humanos, así como de la existencia de presos de conciencia en la isla caribeña.
A casi dos meses del fallecimiento de Zapata, el Senado de la República no ha fijado una postura formal sobre el caso. La semana pasada intentó hacerlo, pero la falta de quórum lo impidió.
Ayer, a pesar de estar incluido en el orden del día, a última hora el tema fue retirado del dictamen ya que no contaba con las firmas suficientes para pasar al debate.
El presidente del Senado, Arturo Núñez, dijo que de la Comisión de Relaciones Exteriores sólo hubo seis de doce firmas y en la de Relaciones Exteriores América Latina y el Caribe cuatro de nueve firmas.
Quienes retiraron ayer sus firmas fueron los senadores priistas Carlos Jiménez Macías, Fernando Baeza Meléndez y Guadalupe Fonz Sáenz.
Aunque a decir de Jiménez Macías, la determinación de la bancada priista era no apoyar el dictamen, la senadora Rosario Green, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, mantuvo su firma en el texto.
Green, al igual que los senadores Rubén Camarillo, del PAN, y José Luis García Zalvidea, del PRD, manifestó su extrañeza por el retiro del dictamen,
García Zalvidea dijo que “ojalá que esta postergación sirva para afinar un punto de acuerdo que incluya diversas opiniones, que me parece que no fueron consideradas dentro del trabajo de las comisiones”.
En tanto, Rubén Camarillo promotor del dictamen, y quien fue el primero en hacer notar que había sido retirado del orden del día, lamentó la posposición del debate del texto y que “un tema de esa relevancia y de la expectativa que se ha generado, por los antecedentes mismos, tenga que retardarse una vez más”.
Jiménez Macías señaló que a petición de su bancada no apoyó el dictamen por considerarlo injerencista.
“El grupo parlamentario entramos en un análisis serio, responsable, desde el punto de vista legal y también diplomático, y hubo la decisión de que el tono del acuerdo, digamos lo que es el resolutivo, es un tono que tiene un cierto nivel injerencista”.
Dijo que “no me parece correcto lo que está pasando en Cuba, pero ¿por qué no hemos traído aquí un punto de acuerdo para sancionar a los EU o a otros países que violan flagrantemente los derechos humanos?”.
El gobierno cubano “puede ser democrático o no, pero es un gobierno al que debe en todo caso juzgarlo su pueblo, y lo sorprendente es que estemos dando una pelea tan grande por esta violación a los derechos humanos en Cuba cuando justamente ahí mismo, en Guantánamo, eran peores las atrocidades que hacían los Estados Unidos”.
El dictamen con punto de acuerdo señala que: “La Cámara de Senadores del H. Congreso de la Unión lamenta profundamente el fallecimiento del señor Orlando Zapata Tamayo así como la existencia de presos de conciencia en los centros de detención de la República de Cuba y hace un llamado a las autoridades de esa nación hermana para que abran canales de diálogo político y concedan la libertad a quienes se encuentran privados de ella en razón de sus ideas”.
A casi dos meses del fallecimiento de Zapata, el Senado de la República no ha fijado una postura formal sobre el caso. La semana pasada intentó hacerlo, pero la falta de quórum lo impidió.
Ayer, a pesar de estar incluido en el orden del día, a última hora el tema fue retirado del dictamen ya que no contaba con las firmas suficientes para pasar al debate.
El presidente del Senado, Arturo Núñez, dijo que de la Comisión de Relaciones Exteriores sólo hubo seis de doce firmas y en la de Relaciones Exteriores América Latina y el Caribe cuatro de nueve firmas.
Quienes retiraron ayer sus firmas fueron los senadores priistas Carlos Jiménez Macías, Fernando Baeza Meléndez y Guadalupe Fonz Sáenz.
Aunque a decir de Jiménez Macías, la determinación de la bancada priista era no apoyar el dictamen, la senadora Rosario Green, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, mantuvo su firma en el texto.
Green, al igual que los senadores Rubén Camarillo, del PAN, y José Luis García Zalvidea, del PRD, manifestó su extrañeza por el retiro del dictamen,
García Zalvidea dijo que “ojalá que esta postergación sirva para afinar un punto de acuerdo que incluya diversas opiniones, que me parece que no fueron consideradas dentro del trabajo de las comisiones”.
En tanto, Rubén Camarillo promotor del dictamen, y quien fue el primero en hacer notar que había sido retirado del orden del día, lamentó la posposición del debate del texto y que “un tema de esa relevancia y de la expectativa que se ha generado, por los antecedentes mismos, tenga que retardarse una vez más”.
Jiménez Macías señaló que a petición de su bancada no apoyó el dictamen por considerarlo injerencista.
“El grupo parlamentario entramos en un análisis serio, responsable, desde el punto de vista legal y también diplomático, y hubo la decisión de que el tono del acuerdo, digamos lo que es el resolutivo, es un tono que tiene un cierto nivel injerencista”.
Dijo que “no me parece correcto lo que está pasando en Cuba, pero ¿por qué no hemos traído aquí un punto de acuerdo para sancionar a los EU o a otros países que violan flagrantemente los derechos humanos?”.
El gobierno cubano “puede ser democrático o no, pero es un gobierno al que debe en todo caso juzgarlo su pueblo, y lo sorprendente es que estemos dando una pelea tan grande por esta violación a los derechos humanos en Cuba cuando justamente ahí mismo, en Guantánamo, eran peores las atrocidades que hacían los Estados Unidos”.
El dictamen con punto de acuerdo señala que: “La Cámara de Senadores del H. Congreso de la Unión lamenta profundamente el fallecimiento del señor Orlando Zapata Tamayo así como la existencia de presos de conciencia en los centros de detención de la República de Cuba y hace un llamado a las autoridades de esa nación hermana para que abran canales de diálogo político y concedan la libertad a quienes se encuentran privados de ella en razón de sus ideas”.
Blanca Estela Botello, Crónica, 14 de abril.
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