Y algunos de estos críticos no la han pasado muy bien después de haber realizado juicios a la estrategia presidencial.
Desde el ex presidente Vicente Fox y el ex líder del PAN Manuel Espino, hasta legisladores panistas como Manuel J. Clouthier, Javier Corral y Santiago Creel, se han sumado a voces que exigen que Calderón cambie la forma de enfrentar al hampa, impulsando factores sociales por encima de la fuerza armada.
Los cuestionamientos sólo han motivado que el Presidente reafirme su posición de encarar con el uso de las instituciones armadas la embestida de los grupos criminales que materialmente tienen bajo su control regiones del país, sin que se haya logrado debilitar la estructura operacional de esas organizaciones.
Sobre el tema, Fauzi Hamdan, ex diputado y ex senador del PAN, actual rector de la Escuela Libre de Derecho, afirma que con la estrategia de Calderón ni se va a reducir el consumo de droga, ni se van a eliminar a los grupos del narcotráfico.
“Con esta política criminal que sigue el gobierno (de Calderón), lo que está generando es una inseguridad, un rechazo, una resistencia, una acción y una contrarreacción que ya representa una casi guerra de guerrillas, que de antemano la tiene perdida”, explica Hamdan.
Asegura que la sociedad está viviendo una estado de inseguridad ya extensiva a otro tipo de acciones delictuosas, como el secuestro y lavado de dinero, “y que el Estado simplemente ya ni las atiende”.
Manuel Espino se ha convertido en una de las voces más críticas a la estrategia sostenida por Calderón, lo que lo ha llevado, incluso, a que la dirigencia panista discuta su destierro del partido.
En opinión de Espino, “llegó la hora” para que el presidente Calderón revise la estrategia de despliegue militar no sólo en Ciudad Juárez, sino en el país, y que enfoque el esfuerzo del Estado en responder a las demandas sociales. Sus contantes alusiones a la “fallida” estrategia contra las drogas dirigida desde Los Pinos lo mantienen en un divorcio con el blanquiazul dominado por afines a Calderón.
Manuel J. Clouthier también se ha agregado a los reclamos por la forma en que el Ejecutivo está librando la batalla contra los cárteles. Sus expresiones han provocado que se busque su separación de la bancada panista en San Lázaro.
Acusa al Presidente de no atacar por igual a todas las organizaciones de narcotráfico, y afirma, por ejemplo, que a la organización de Joaquín El Chapo Guzmán poco se le combate, y que en Sinaloa no existen acciones claras y contundentes contra ese grupo criminal.
“Con esta estrategia no se ha logrado nada, sólo avivar la violencia”, afirma el hijo de Maquío, Manuel J. Clouthier, quien admite que su posición en este tema le ha generado choques con el panismo nacional y el Presidente.
Aunque más mesurado, el senador Santiago Creel alienta desde su posición de legislador y como panista la necesidad de dar un viraje a esta táctica presidencial de la fuerza, abriendo paso a un esquema que ataque la infraestructura financiera de las organizaciones criminales.
Propone férreos mecanismos para acabar con el blanqueo de dinero y privilegiar la investigación e inteligencia policial como un esquema más eficiente para asestar golpes más contundentes a los grupos del crimen organizado. Ante su postura, Calderón se ha mantenido distante del ex secretario de Gobernación; sin embargo, sí hizo suya la propuesta del senador Creel de prohibir operaciones financieras por más de 100 mil pesos en efectivo.
El propio ex presidente Vicente Fox no ha sido ajeno a esta oleada de críticas, y también se ha pronunciado en favor de relanzar la estrategia, priorizando aspectos sociales que permitan rescatar a los jóvenes que de una u otra forma se han involucrado en las actividades del narcotráfico atraídos por el dinero, aunque en muchos de los casos en ello pierdan la vida.
Fox propone legalizar la producción, distribución y venta de las drogas como una táctica para golpear y romper la estructura económica que les permite a las mafias generar enormes ganancias en su comercio, que utilizan, asegura, para corromper e incrementar su poder.
Contrario a la propuesta de Calderón, el ex presidente se pronuncia en favor del retiro del Ejército a sus cuarteles, ya que se expone a incurrir en violaciones de derechos humanos, y porque las Fuerzas Armadas no fueron diseñadas o entrenadas para combatir al crimen organizado.
Para Fox, es tiempo de la promoción, implementación y apoyo a programas de prevención y rehabilitación para enfermos adictos. Sus posturas, que son difundidas en su página web, han recibido respuesta del gobierno federal, que en varias ocasiones ha señalado que el abandono del combate al crimen organizado en el sexenio foxista generó un crecimiento y fortalecimiento de los cárteles.
En la crítica más reciente, Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública federal, dijo ante los presidentes de los partidos que en la admnistración de Fox, la Policía Federal no logró ninguna detención de narcos o secuestradores.
Javier Corral, actual presidente de la Comisión de Gobernación en la Cámara de Diputados, se muestra crítico ante la estrategia de Calderón, y lo ha llamado a reconducir la guerra contra el narcotráfico hacia una que se sustente en la inteligencia militar, policiaca y financiera.
Ha hecho saber de los riesgos que existen por el exceso de protagonismo del Ejército en esta lucha, y cree que esto podría generar que la institución armada no sólo incurra en violaciones a las garantías individuales, sino que llegue a ser eslabón en la cadena criminal del narcotráfico. Por ejemplo, sugiere que el Presidente ya revise la estrategia de despliegue militar en lugares como Ciudad Juárez. Como con otros, el Presidente se mantiene alejado del legislador chihuahuense.
Santiago Creel no se aparta de la idea de que la mejor forma de enfrentar al narco es atacarlo en sus finanzas, en lugar de sostener una guerra abierta contra las organizaciones criminales que ha derivado en la muerte de por lo menos 28 mil mexicanos en lo que va de la administración; según el gobierno federal, gran parte de estas muertes corresponden a integrantes de los distintos cárteles que luchan por el control o la conquista de plazas o rutas.
Explica que el monto que manejan estas organizaciones en el país es de entre 30 mil millones y 35 mil millones de dólares por año, lo que representa alrededor de cuatro puntos del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Al igual que el presidente Calderón y su antecesor Fox, el senador Creel considera que se debe valorar si a México le conviene o no regular el mercado de las drogas.
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