Las bancadas de PRI y PRD en el Senado polemizaron sobre la vigencia del acuerdo firmado por nueve gobernadores y el Ejecutivo federal para echar a andar el mando único.
El perredista Carlos Navarrete sostuvo que mientras el Senado no apruebe la reforma, no tiene vigencia legal y se deberá revisar, porque contiene una arista riesgosa que permitiría a la Secretaría de Seguridad Pública federal asumir el mando de policía nacional en el caso de municipios en riesgo.
El presidente del Senado precisó que con su iniciativa, lo que pretende Felipe Calderón es quitar a los alcaldes y cabildos el mando policiaco concentrándolo en el gobernador respectivo, pero cuando haya una situación excepcional el mando federal llega y toma el mando, es decir, se concentra en la Policía Federal.
En sentido similar opinó el también perredista Pablo Gómez, quien coincidió en que la intención es subordinar los mandos municipales y estatales al federal, por lo que advirtió que “no es sano erosionar más de lo que ya está el carácter federativo de México.
“Yo no recomiendo eso, creo que las bases de coordinación están dadas en la carta magna, sin necesidad de someter a los organismos policiacos a un despotismo de una sola autoridad que sería el secretario de Seguridad Pública federal”.
El priista Jesús Murillo aseveró, a su vez, que los convenios permiten aplicar esa figura en los estados, pero al votarse la ley se tendrán que sujetar a las nuevas normas “de eso nadie se puede zafar”.
En tanto, el panista Alejandro González dijo que el acuerdo del Ejecutivo con los gobernadores es importante para que éstos últimos dejen de “hacerse mensos” y cumplan su obligación.
Los gobernadores, apuntó el presidente de la Comisión de Justicia, “son los primeros obligados en corregir la seguridad en su estado; ahí no se puede estar distinguiendo entre delitos federales o del orden común cuando se están cometiendo”.
México • Heliodoro Cárdenas y Angélica Mercado, Milenio, 14 de octubre.
El perredista Carlos Navarrete sostuvo que mientras el Senado no apruebe la reforma, no tiene vigencia legal y se deberá revisar, porque contiene una arista riesgosa que permitiría a la Secretaría de Seguridad Pública federal asumir el mando de policía nacional en el caso de municipios en riesgo.
El presidente del Senado precisó que con su iniciativa, lo que pretende Felipe Calderón es quitar a los alcaldes y cabildos el mando policiaco concentrándolo en el gobernador respectivo, pero cuando haya una situación excepcional el mando federal llega y toma el mando, es decir, se concentra en la Policía Federal.
En sentido similar opinó el también perredista Pablo Gómez, quien coincidió en que la intención es subordinar los mandos municipales y estatales al federal, por lo que advirtió que “no es sano erosionar más de lo que ya está el carácter federativo de México.
“Yo no recomiendo eso, creo que las bases de coordinación están dadas en la carta magna, sin necesidad de someter a los organismos policiacos a un despotismo de una sola autoridad que sería el secretario de Seguridad Pública federal”.
El priista Jesús Murillo aseveró, a su vez, que los convenios permiten aplicar esa figura en los estados, pero al votarse la ley se tendrán que sujetar a las nuevas normas “de eso nadie se puede zafar”.
En tanto, el panista Alejandro González dijo que el acuerdo del Ejecutivo con los gobernadores es importante para que éstos últimos dejen de “hacerse mensos” y cumplan su obligación.
Los gobernadores, apuntó el presidente de la Comisión de Justicia, “son los primeros obligados en corregir la seguridad en su estado; ahí no se puede estar distinguiendo entre delitos federales o del orden común cuando se están cometiendo”.
México • Heliodoro Cárdenas y Angélica Mercado, Milenio, 14 de octubre.
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