Senadores de PRI, PAN y PRD se pronunciaron por valorar la desaparición de la Iniciativa Mérida y coincidieron con el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván, en que ésta en poco ayuda al país y, en cambio, permite a Estados Unidos intervenir en asuntos internos y pretender, entre otras cosas, certificar al Ejército Mexicano.
Ese Plan Mérida “nunca se debió haber firmado, están entregando la soberanía por un plato de lentejas”, comentó el priísta Francisco Labastida.
El pasado miércoles, en un encuentro privado con senadores, el general Galván advirtió que por ningún motivo aceptará que el gobierno de Estados Unidos intente certificar al Ejército Mexicano, en el marco del combate al crimen organizado y la Iniciativa Mérida.
El titular de la Sedena se reunió por más de tres horas con los integrantes de las comisiones de Gobernación, Seguridad Pública y Reforma del Estado, que presiden respectivamente Jesús Murillo Karam, del PRI; Felipe González, del PAN, y el perredista Graco Ramírez Garrido Abreu.
Este último comentó que el titular de la Defensa expresó que no acepta ninguna intromisión de gobiernos extranjeros que pretendan certificar a las fuerzas armadas mexicanas. “Nos dijo que está dispuesto a ir al Congreso mexicano e informar de las actividades de las fuerzas armadas, pero sería inaceptable hacerlo ante el Senado estadunidense.”
Ramírez Garrido Abreu agregó que compartió el malestar del general Galván y se comprometió a presentar un punto de acuerdo para pedir a la cancillería que se suspenda el Plan Mérida, toda vez que es una “vergüenza sostenerlo pese a la hipocresía de la administración de Estados Unidos”.
El presidente de la Comisión de Marina, el panista Sebastián Calderón Centeno, comentó que comparte la preocupación del general Galván, ya que la Iniciativa Mérida poco ayuda al combate al crimen organizado; los recursos que incluye son muy pocos, ni siquiera se concretan, pero Estados Unidos “nos quiere revisar”.
Sobre el tema, el coordinador de los senadores del PT, Ricardo Monreal, comentó que él no asistió a la reunión con el secretario de la Defensa, pero considera que tiene razón cuando expresa su desacuerdo con la intención injerencista del gobierno estadunidense.
Sin embargo, recalcó, ello no debe ser pretexto para continuar con la violación a derechos humanos, con “los daños colaterales, como llaman desde el gobierno de Felipe Calderón a los civiles que han muerto en fuego cruzado durante operativos militares o por errores o inercias de elementos de las fuerzas armadas”.
Monreal agregó que la afirmación del general Galván de que no aceptarán que Estados Unidos certifique al Ejército Mexicano significa que “van a dar por terminada la Iniciativa Mérida, ya que en una de sus cláusulas establece que el vecino país del norte podrá hacer observaciones en materia de derechos humanos. Es injerencista, pero así lo aceptaron”.
Ese punto, advirtió, es independiente de la necesidad de reformar el Código de Justicia Militar para que soldados y oficiales sean juzgados en tribunales del fuero común cuando cometen delitos contra civiles.
Ese Plan Mérida “nunca se debió haber firmado, están entregando la soberanía por un plato de lentejas”, comentó el priísta Francisco Labastida.
El pasado miércoles, en un encuentro privado con senadores, el general Galván advirtió que por ningún motivo aceptará que el gobierno de Estados Unidos intente certificar al Ejército Mexicano, en el marco del combate al crimen organizado y la Iniciativa Mérida.
El titular de la Sedena se reunió por más de tres horas con los integrantes de las comisiones de Gobernación, Seguridad Pública y Reforma del Estado, que presiden respectivamente Jesús Murillo Karam, del PRI; Felipe González, del PAN, y el perredista Graco Ramírez Garrido Abreu.
Este último comentó que el titular de la Defensa expresó que no acepta ninguna intromisión de gobiernos extranjeros que pretendan certificar a las fuerzas armadas mexicanas. “Nos dijo que está dispuesto a ir al Congreso mexicano e informar de las actividades de las fuerzas armadas, pero sería inaceptable hacerlo ante el Senado estadunidense.”
Ramírez Garrido Abreu agregó que compartió el malestar del general Galván y se comprometió a presentar un punto de acuerdo para pedir a la cancillería que se suspenda el Plan Mérida, toda vez que es una “vergüenza sostenerlo pese a la hipocresía de la administración de Estados Unidos”.
El presidente de la Comisión de Marina, el panista Sebastián Calderón Centeno, comentó que comparte la preocupación del general Galván, ya que la Iniciativa Mérida poco ayuda al combate al crimen organizado; los recursos que incluye son muy pocos, ni siquiera se concretan, pero Estados Unidos “nos quiere revisar”.
Sobre el tema, el coordinador de los senadores del PT, Ricardo Monreal, comentó que él no asistió a la reunión con el secretario de la Defensa, pero considera que tiene razón cuando expresa su desacuerdo con la intención injerencista del gobierno estadunidense.
Sin embargo, recalcó, ello no debe ser pretexto para continuar con la violación a derechos humanos, con “los daños colaterales, como llaman desde el gobierno de Felipe Calderón a los civiles que han muerto en fuego cruzado durante operativos militares o por errores o inercias de elementos de las fuerzas armadas”.
Monreal agregó que la afirmación del general Galván de que no aceptarán que Estados Unidos certifique al Ejército Mexicano significa que “van a dar por terminada la Iniciativa Mérida, ya que en una de sus cláusulas establece que el vecino país del norte podrá hacer observaciones en materia de derechos humanos. Es injerencista, pero así lo aceptaron”.
Ese punto, advirtió, es independiente de la necesidad de reformar el Código de Justicia Militar para que soldados y oficiales sean juzgados en tribunales del fuero común cuando cometen delitos contra civiles.
Andrea Becerril, La Jornada, 15 de octubre.
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