Desobedecer a las FARC le salvó la vida


El policía Luis Alberto Erazo desobedeció una orden de las FARC de no huir en caso de un ataque militar, una decisión que le salvó la vida y puso fin a 12 años de cautiverio en manos de los rebeldes.
Pero otros cuatro rehenes que compartieron con él la vida en la selva durante años no tuvieron la misma suerte y fueron asesinados el sábado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
“El comandante Arturo nos había dicho que en caso de disparos nosotros no debíamos correr hacia afuera porque ellos no iban a responder, que debíamos correr hacia el lado de ellos porque nos iban a sacar y entregarnos sanos y salvos a nuestra familia, que esa era la orden, o de lo contrario ellos (iban a) morirse allí también con nosotros”, dijo Erazo desde el hospital de la policía, en Bogotá, donde se encuentra para una revisión.
“A la hora de la verdad, a la hora de los disparos, a mí se me olvida la consigna que me había dado este Arturo y yo corro hacia el monte y mis compañeros corren hacia donde ellos y ahí fue que los mataron a mansalva”, relató en declaraciones divulgadas ayer por Caracol radio.
El asesinato de los cuatro rehenes fue el golpe más fuerte de las FARC tras la muerte en un combate a inicios de mes de su máximo líder Alfonso Cano, quien fue reemplazado por Rodrigo Londoño, más conocido como Timoleón Jiménez o Timochenko.
El letal incidente se produjo en una zona selvática del departamento del Caquetá, en el sur del país, durante una operación de búsqueda y localización de los rehenes.
Erazo, el único sobreviviente, dijo que cuando escuchó las primeras detonaciones estaba doblando una toalla y que uno de los guerrilleros que lo vigilaba le disparó en la cara y en el cuello antes de que empezara a correr selva adentro.
Tres de los rehenes fueron asesinados con un tiro de gracia en la cabeza, mientras que el otro recibió un balazo por la espalda. Uno de los efectivos asesinados fue el sargento del ejército José Libio Martínez, quien estaba próximo a cumplir 14 años secuestrado y era el rehén más antiguo en poder de las FARC.
Los otros tres asesinados eran el coronel Édgar Yesid Duarte y los tenientes Elkin Hernández y Álvaro Moreno, los tres de la policía
Erazo también sostuvo que los guerrilleros que lo mantenían secuestrado recibieron con tranquilidad la noticia de la muerte de Cano y el nombramiento de Timochenko.
Bogotá. Agencias, Milenio, 29 de noviembre.

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