Militares o agentes federales cometen tres cateos ilícitos diariamente: CNDH

Todos los días, agentes federales y militares realizan en promedio tres cateos ilegales a domicilios ciudadanos, según datos de la CNDH.

De 2006 al 24 de noviembre de este año, el organismo ha contabilizado 4,051 casos de este tipo, que encierran además detenciones arbitrarias, robos, amenazas y la “siembra” de armas, droga o dinero para justificar las irrupciones.

Esta incidencia forma parte de los datos más actuales del estado de los derechos humanos en el país, entregados por la Comisión a Crónica y que se han publicado de manera seriada.

Según las investigaciones, los cateos ilícitos son práctica común y denotan conductas sistemáticas: “Se violan las casas, se ejerce violencia física y psicológica contra los habitantes, se les amenaza, lesiona y detiene de forma arbitraria, se sustraen objetos de valor o dinero, se alteran pruebas y la autoridad justifica su actuación en una supuesta flagrancia, en una denuncia anónima o por el uso de instrumentos como el detector molecular GT200”.

De acuerdo con el archivo estadístico, en 2006 se registraron 234 casos, en 2007 fueron 395, en 2008 se investigaron 964, en 2009 alcanzaron 947, en 2010 hubo 826 y en lo que va de 2011 el número más reciente es de 687.

La CNDH alertó que la cifra negra podría ser aún más inquietante, pues en la mayoría de los expedientes documentados se intimidó a los afectados para no denunciar lo ocurrido, y se comprobó que “por estas amenazas, agraviados o testigos no desean presentar queja ni dar su testimonio respecto del cateo ilegal”.

En el modo de operación de policías, soldados y marinos, la Comisión ha podido verificar que se recurre a inventar la flagrancia para justificar la intervención en domicilios donde no se desarrollan actividades delictivas: “Se llega al extremo de colocar armas, drogas y otros objetos para incriminar a la persona, y en los partes informativos o denuncias de hechos se manifiesta que las personas son detenidas cuando se efectúan recorridos de rutina, por su actitud sospechosa o marcado nerviosismo”.

En otros casos, se solicita al afectado su autorización para revisiones de rutina, a fin de conseguir su detención en flagrante delito: “Sin embargo, las investigaciones realizadas por los visitadores comprueban que las detenciones se hacen de manera distinta a la reportada por las autoridades”.

Sobre el tema, el primer visitador del organismo, Luis García, apuntó: “Un cateo o visita domiciliaria ilegal ya sería motivo para hacer un pronunciamiento enérgico en contra del gobierno mexicano, pero hablamos de quejas reiteradas, de casi mil casos al año, eso ya es un referente nacional sumamente preocupante”.

En este contexto, pidió a la sociedad desterrar el miedo y denunciar todos los agravios, para completar las estadísticas nacionales: “El mensaje es que vean a la CNDH como una aliada, y que a la par, los ciudadanos practiquen los deberes de autocuidado y respeto a la ley, para ir cambiando la conciencia pública y generar mejores patrones de conducta y mayor cultura de la legalidad”.


Daniel Blancas Madrigal, La Crónica, 30 de noviembre.