Abren disputa por candidaturas

En la lucha por las candidaturas a diputados federales y senadores, los líderes locales, familiares o empleados de los partidos de izquierda deberán competir con aspirantes externos, como empresarios, deportistas, especialistas o cantantes, para conseguir una curul o un escaño.

Esta semana, el PRD, PT y Movimiento Ciudadano intensificarán la negociación para ponerse de acuerdo en la definición de candidatos de mayoría al Congreso, que como parte de su convenio de coalición deberán lanzar juntos.

Por ejemplo, Alejandro Ramírez Reyna, perredista propuesto para encabezar la candidatura al distrito 1 de Nuevo León, deberá medirse con el empresario Fernando Canales Stelzer -hijo del ex Gobernador Fernando Canales-, impulsado por MC, PT y Andrés Manuel López Obrador.

A su vez la cantante grupera Alicia Villarreal deberá competir con el perredista Óscar Santos Hernández en el distrito 4, de San Nicolás de los Garza.

En la lista que aprobó el PRD se avalaron pocos nombramientos que también están palomeados por PT, Movimiento Ciudadano y López Obrador.

Tal es el caso del empresario de Nuevo León Mario Fernández Quiroga, quien es coordinador de las redes a favor del tabasqueño en esa entidad e irá como candidato al Senado.

A la Cámara alta también van Ana Gabriela Guevara, por Sonora; la ex perredista Nora Ruvalcaba en Aguascalientes; Gregorio Sánchez en Quintana Roo; Lorena Cuéllar, de Tlaxcala; el empresario José Novelo Baeza, de Yucatán, y Isidro Pedraza, dirigente de la Unidad de la Fuerza Indígena Campesina (UFIC).

Entre los personajes que negociarán los partidos coaligados se encuentra Lázaro Cárdenas Batel, para que sea designado candidato de mayoría al Senado por Michoacán, estado del que fue Gobernador.

También la actriz y actual senadora María Rojo, la escritora Laura Esquivel, el ex Alcalde de Teziutlán, Puebla, destituido e inhabilitado, Abel Salazar Gómez, encarcelado por el tema del 'michoacanazo', y la ex Procuradora de Michoacán, Minerva Bautista, quien en 2010 sufrió un atentado del crimen organizado.


Érika Hernández, Reforma, 5 de marzo.