En México la basura electoral crece cada vez más, sin que haya compromiso de los partidos políticos de usar propaganda electoral de material reciclable, afirmó la representante del PVEM ante el IFE, Sara Castellanos.
En entrevista con Notimex, la representante ecologista dijo que en 2000 se reportaron 48 mil 032 toneladas de basura electoral, en 2003 la cifra se elevó a 78 mil toneladas, y para 2006 aumentó a 95 mil toneladas, mientras que para 2009 se disparó a 198 mil toneladas.
Castellanos dijo que también el costo del retiro de la propaganda electoral ha ido en ascenso, pues en 2000 se erogaron por ese concepto 10 millones de pesos, en 2003 el gasto fue de 12 millones, en 2006 de 13.7 millones y en 2009 de 15 millones 420 mil pesos.
De acuerdo con esa tendencia, dijo, es de esperar que de los comicios federales de 2012 surja una mayor cantidad de basura electoral, y que se eroguen mayores recursos por su retiro, lo cual es absorbido por el gobierno y no por los partidos.
Planteó que, por sus componentes, hay dos clasificaciones de basura electoral: la que surge de material biodegradable que puede ser utilizada posteriormente y la no reciclable.
Esta última está compuesta principalmente por plástico y es una amenaza seria para el medio ambiente debido a que es prácticamente indestructible, además de que al quemarse provoca esmog y partículas tóxicas para la salud y la atmósfera, expuso.
El IFE tiene facultades para vigilar que dentro de la propaganda electoral se utilicen materiales biodegradables, tal como lo establece el Cofipe, recordó.
Señaló que el Artículo 236 de ese ordenamiento señala: “los partidos, coaliciones y candidatos deberán utilizar en su propaganda impresa y demás elementos promocionales materiales que no dañen el medio ambiente, preferentemente reciclables y de fácil degradación natural”.
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