El problema del cambio climático es el más serio que afronta la humanidad en el siglo XXI al incidir en el balance térmico del planeta; más de 50 por ciento de la superficie ha sido modificada a la par de la ecología marina, transformada por la explotación intensiva para diversos fines, advirtió Mario Molina en el quinto Congreso Nacional de la Academia de Ingeniería en la UNAM.
Actualmente, la concentración de bióxido de carbono (CO2) en la atmósfera es mayor a 40% del que ha existido en el último medio millón de años, de continuar esta tendencia en menos de un siglo se habrá modificado la composición química de la Tierra de forma similar al evento geológico del Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno, que significó el incremento de la temperatura promedio del planeta superior a los cinco grados, los que ocurrió en un periodo de 20 mil años, explicó.
Si no cambiamos drásticamente el volumen de las emisiones actuales de CO2, abundó el ganador del Nobel de Química, “la temperatura puede subir hasta siete grados centígrados, cambio similar a los de una época glacial o interglacial. Se considera de gran riesgo al no estar seguros de las consecuencias que puede tener para el desarrollo económico”.
El experto explicó que el aumento de la acumulación del gas en la atmósfera terrestre se explica por la quema de combustibles fósiles, combinada con la deforestación creciente. Al afectar la fotosíntesis, se altera la velocidad en que se regenera el oxígeno.
Molina refirió que de acuerdo con las conclusiones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, la probabilidad de que la concentración de CO2 esté conectada con la modificación de la temperatura promedio en el orbe se estima en 90%.
Lo más preocupante, dijo, son los extremos del clima, como las inundaciones y sequías registradas en México. Aunque no se pueden atribuir al cambio climático, se intensifican notablemente por esta causa.
Nuestra generación tiene la responsabilidad de heredar a las futuras un desarrollo económico favorable, que garantice un alto nivel de vida para la mayor parte de la población del planeta, en cuyo diseño deben contribuir todos los países, finalizó.
El encuentro
La Academia de Ingeniería y la UNAM organizaron el congreso con el fin de revisar propuestas en el planteamiento de soluciones para impulsar el crecimiento del país, integrarlas en un documento e incidir en la toma de decisiones estatales.
La Academia de Ingeniería y la UNAM organizaron el congreso con el fin de revisar propuestas en el planteamiento de soluciones para impulsar el crecimiento del país, integrarlas en un documento e incidir en la toma de decisiones estatales.
El encuentro se realizó en tres sedes: la facultad de la UNAM, el instituto y la torre de ingeniería, y los trabajos se dividieron en distintas mesas, entre las que destacan las llamadas Aeronáutica espacial, Agua, Ahorro y uso eficiente de energía, Desastres naturales, Ecología y medio ambiente, Energía nuclear y Energías renovables.
En la inauguración, Gonzalo Guerrero, director de la Facultad de Ingeniería, destacó la calidad y oportunidad del foro para la preparación integral de los estudiantes, a quienes invitó a sumarse a las actividades con entusiasmo.
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