Estar aquí es como un sentimiento agridulce'

SAN SALVADOR ATENCO.- Para estudiantes de la Universidad Iberoamericana estar por primera vez en San Salvador Atenco significa un acercamiento con un agravio que han hecho suyo: la represión policiaca que vivieron los pobladores de este Municipio hace seis años.

Hace poco más de dos meses, el 11 de mayo pasado, varios de ellos increparon en su escuela al candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, a quien le recordaron que Atenco es es un caso cerrado.

"Atenco no se olvida", decían las pancartas que mostraron durante la comparecencia del Gobernador mexiquense, marcada por las protestas de los alumnos reunidos en la auditorio de la Ibero.

Y aunque sabían de los hechos de violencia ocurridos en 2006, varios de los universitarios que alzaron la voz contra Peña Nieto nunca habían estado en este municipio ni habían hablado directamente con los afectados.

Ayer, en medio de las discusiones sobre el plan de acción de la Convención Nacional contra la Imposición, Beatriz Creel salió de la casa ejidal, ubicada en la plaza central del poblado, para opinar sobre su arribo a Atenco.

"Es una gran experiencia para mí por todo lo que se ve, se escucha y, sobre todo, por hablar personalmente con las personas que vivieron el altercado.

"Se siente esa energía en este lugar donde se violaron los derechos humanos de manera brutal. Se sienten las ganas de salir adelante y de luchar por nuestros derechos", comenta la joven pelirroja, una de las universitarias que reclamó a Peña Nieto aquel 'viernes negro' en la Ibero.

En mayo de 2006, cuando ocurrió el operativo policiaco, Beatriz Creel tenía 14 años.

Dice tener recuerdos de lo que en la televisión y en la radio se informó sobre los hechos, pero admite que hasta hace poco dimensionó la realidad de Atenco.

Con arracadas en la nariz y el labio, Lucía Riojas, estudiante de Comunicación, confiesa que experimenta un "sentimiento agridulce" con su visita a esta tierra mexiquense.

"Una felicidad enorme de poner estar acompañándolos, pero a la vez no se puede evitar que pasen por nuestra mente esas imágenes que todos alguna vez hemos visto", asegura.

Para la joven de 24 años, el recibimiento que el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra dio a los jóvenes universitarios sella un acto de hermandad.

"Estar aquí es como cerrar ese abrazo que inició aquel día entre la Ibero y Atenco", dice.

A bordo de un automóvil, los ocho estudiantes de la Ibero salieron del Distrito Federal a las 7:45 horas. Una de sus compañeras que reside en Texcoco las guió para llegar a Atenco.

Luego de la inauguración, el grupo participó en las mesas de trabajo que se instalaron en la explanada principal y en la casa de resistencia. Dos de ellos incluso fungieron como relatores.

Luego de que los estudiantes enarbolaron la denuncia de la represión policiaca en Atenco, activistas del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra han participado en las marchas y en las asambleas interuniversitarias.

Aunque en principio se acordó que sólo tendrían derecho a voz en las reuniones del movimiento #YoSoy 132, en la asamblea realizada hace dos semanas en el campus de la UAM-Xochimilco, se les otorgó el derecho a voto.

"La lucha de Atenco no debe ser olvidada. Es el símbolo de muchas otras en resistencia", expresa Lucía.


Verónica Sánchez y Mariel Ibarra, Reforma, 15 de julio.

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