Habrá conflicto poselectoral y lo dirimirá el TEPJF: Luna Ramos


La víspera de los comicios, el presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Alejandro Luna Ramos, afirma: “me da mucha risa cuando escucho que dicen: ‘¿habrá conflicto poselectoral?’ Yo digo: ‘necesariamente sí’. ¿Cuál debe ser ese conflicto? Que vengan aquí y diriman legalmente sus diferencias; para eso la ley les dio a los actores el camino para desahogar sus inconformidades”.
Se ve relajado en medio del cúmulo de denuncias públicas. Enfatiza quelas diferencias pueden existir entre los actores, pero nosotros tenemos que sacar de la calle los pleitos y traerlos al tribunal, porque las elecciones se ganan en las urnas o se anulan conforme a la ley cuando se registran en escenarios extremos, aunque matiza:la prioridad es tutelar ante todo el voto.
Lamenta tantas suspicacias en torno a la legalidad de los comicios y alude a las numerosas denuncias de compra y coacción del voto. Es una práctica que cada vez es más difícil que se haga realmente o en grandes proporciones, dice. Aventura que las fotografías y denuncias en redes sociales podrían ser montajes de actores para sembrar la sospecha sobre su contrincante.
Hay gran desconfianza entre los actores políticos; unos a otros se acusan terriblemente, y existen grandes sospechas, a pesar de que México es un país sobrerregulado en materia electoral, señala. En contraste, la gente no desconfía de sus vecinos ni piensa que haya deshonestidad o “vayan aembarazar una urna, máxime cuando hay partidos políticos vigilándolos”.
Luna es fanático del beisbol. Su oficina está llena de objetos alusivos a ese deporte. En ese entorno, habla de las diferencias entre 2006 y 2012.
Aquel año, las denuncias principales eran entre partidos. Ahora la mayor carga de trabajo es la guerra intestina en los partidos, la lucha por el poder interno, las candidaturas.
Habla también del papel de Felipe Calderón en la elección. Hace un año, en comicios locales, se transmitieron promocionales del gobierno federal y “le dijimos que esa actitud era violatoria de la Constitución. Cometió un ilícito, pero la norma no es perfecta y no señala penas al Presidente. No podíamos poner una multa, pero: ‘¡cuidado, no lo vuelvas a hacer!’”
–¿Ese señalamiento permitió que, a diferencia de su antecesor, Calderón se mantuviera al margen de la elección?
–Influyó, porque a nadie le gusta que le digan que violó la Constitución.
–En 2006 hubo señalamientos contra Vicente Fox y el Consejo Coordinador Empresarial de violar la ley. Se consideró que era insuficiente para incidir…
–Hubo un solo discurso así. (de la magistrada Bertha Navarro). No fue muy afortunado y tal vez fue un mal discurso, porque en realidad hay que calificar el grado de gravedad de una conducta y determinar si incidió en el resultado final.
¿Existieron en 2006 dos dictámenes elaborados en diferente sentido?
–Esa es una leyenda urbana. Yo sólo conocí el que se aprobó.
Originario de Chiapas, justo detrás de su escritorio Luna tiene un emblema de su tierra: un bastón de mando de San Juan Chamula. Es el único magistrado que participó en la calificación de la elección de 2006 y aún es integrante del TEPJF.
Recuerda que ese año los magistrados tuvieron una carga de trabajo que los avasallaba, además de las limitaciones que les imponía la ley frente a los reclamos públicos de voto por voto, casilla por casilla.
Había movilizaciones afuera del tribunal y los actores conocían las limitaciones legales. El TEPJF actuó en consecuencia, sostiene. Abrió el mayor número de paquetes, aunque las impugnaciones fueran inconsistentes. La orden incluso fue presentar recursos. Se elaboraron machotes para hacerlo, que en ocasiones llegaban sin ser llenados.
–¿Ese momento desgastó mucho a la autoridad?
–A la ley, al punto de que precipitó la reforma.
La nueva legislación despresuriza la fase poselectoral, porque el recuento de casillas implica que ya no podrá impugnarse ante el tribunal electoral.
Luna Ramos destaca otra de las previsiones del TEPJF en relación con 2006: la creación de una comisión de magistrados que elaborará el dictamen del cómputo definitivo y la calificación de validez de la elección presidencial.
La comisión corrige muchos aspectos de las decisiones de 2006, pues ahora se compone de tres magistrados, no sólo de dos.
Su integración, continúa, pretende conjuntar diversas visiones. Así, la formación de Flavio Galván –con 25 años de experiencia en elecciones ha vivido la historia de la justicia electoral–, de Constancio Carrasco y de Salvador Nava permitirá formular un proyecto de resolución óptimo.
Luna Ramos subraya que se pretende eliminar suspicacias, y asegura que no es una comisión a modo.
Añade que la secretaría general de acuerdos creó un programa informático muy efectivo con el fin de hacer recuentos rápidos, no como en 2006, cuando se realizaron manualmente.
–¿No les hackearán el sistema?
–Hace años los sistemas eran más susceptibles. Hemos tratado de protegernos lo más posible, pero si han entrado a (los sistemas de) la Casa Blanca...
–¿Un escenario de movilizaciones y marchas incidirá en sus resoluciones?
–¿Usted cree que incidió hace seis años? Ahora menos.
La entrevista concluye, pero la presencia del bastón de mando de San Juan Chamula es tan ostensible que hace irresistible aludir a ese pueblo indígena y su misticismo religioso.
En la iglesia de Chamula se suele castigar a los santos cuando no hacen los milagros y se les voltea contra la pared, expresa y, entre risas, ironiza:ojalá eso no nos pase a nosotros.
Alonso Urrutia y Fabiola Martínez, La Jornada, 1º de julio.

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