López se formó media hora para poder sufragar; “vamos a ganar”, dijo

“Estás de acuerdo que por lo pronto el día de hoy no vamos a anunciar ningún triunfo”. Fue lo que dijo Porfirio Muñoz Ledo a uno de sus colaboradores, mientras Dolores Padierna abandonaba el salón Don Alberto, dónde se supone que Andrés Manuel López Obrador iba a dar un pronunciamiento apenas y conociera los resultados preliminares del Instituto Federal Electoral. No fue así. Hasta el cierre de esta edición se desconocía si hablaría de su desventaja en el PREP o no.

Y es que en el Hilton Alameda brotó la incertidumbre y desasosiego. Nadie sabía, ni perredistas ni simpatizantes, lo que iba a pasar, ya que los resultados no eran favorables para el candidato de las izquierdas.

Muñoz Ledo se paseaba por los pasillos del hotel, al igual que el ex procurador Bernardo Batiz, en tanto que el presidente del sol azteca, Jesús Zambrano, no soltaba el celular ni un sólo minuto, y todos,  perredistas, prensa y personal de logística, rumoreaban que López estaba en su casa de campaña, de la colonia Roma, reunido con Ebrard y el resto de sus discípulos, analizando los pasos a seguir.

DESTILABA CONFIANZA. Andrés Manuel llegó temprano a la casilla 0359, en las instalaciones de la Conagua, en Insurgentes Sur. El reloj marcaba las 08:00 horas cuando comenzaron los flashazos de los fotógrafos y algunos intentos de entrevistas de los reporteros.

Ya habían pasado 30 minutos de que AMLO había aparecido por el lugar y aún las urnas no se habían instalado, además de que antes de él habían más de 10 personas esperando turno, por eso el político tubo que esperar otra media hora afuera, sobre la vía pública, rodeado de familiares (lo acompañaron sus hijos Andrés Manuel, José Ramón y Gonzalo, así como su esposa Beatriz Gutiérrez), seguidores, personal de custodia, camarógrafos y uno que otro curioso que apareció por ahí.

“Tengo confianza en el pueblo de México, creo en el pueblo y vamos a ganar”, dijo.

Después de un par de minutos más de espera, López se dirigió a la casilla donde emitió su voto. Posteriormente se fue a su casa en la Colonia del Valle para desayunar con su familia. Al llegar ahí, dijo a unos reporteros que votó por el escritor José María Pérez Gay como Presidente de la República.

“Voté por José María Pérez Gay, es un intelectual, amigo, voté por él para Presidente de la República”.

ANGUSTIA

Llegó la tarde y al hotel Hilton Alameda llegaron cerca de 500 simpatizantes de Andrés Manuel para manifestarle su apoyo y para festejar un triunfo que, conforme pasaron los minutos, se fue desvaneciendo.

A las 16:00 horas el grito de “¡Obrador,Obrador!”,se escuchaba por toda avenida Juárez; luego, pasaron a las consignas en contra de Peña Nieto y de Josefina Vázquez Mota.

Sin embargo, los minutos transcurrieron y los ánimos menguaron, y más cuando comenzaron a ver, vía celular, que las encuestas de salida no favorecían a su candidato.

Como un balde de agua fría en el cuerpo les cayó, a algunos de los simpatizantes, la noticia de que el priista le sacaba más de 10 puntos, hasta ese momento.


Alejandro Páez, La Crónica, 2 de julio.

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