Quien fuera Cerati...

Si Carlos Brito no se hubiera involucrado con el movimiento #YoSoy132, su deber cívico hubiera concluido con votar en la colonia Panchimalco, del municipio de Jojutla, Morelos, donde vive su familia.

Pero el estudiante de posgrado del Cinvestav no sólo se involucró con el movimiento, sino que se convirtió en una de sus figuras más activas, no en un líder, porque el movimiento se jacta de no tenerlos.

De madrugada, adormilado en su casa en la colonia Escandón, Brito sacó su credencial de elector de una caja de cartón, donde la colocó desde que se incorporó a #YoSoy132, pues era preferible tenerla ahí que arriesgarse a perder la cartera.

A las cinco de la mañana, tomó su coche y manejó al municipio cañero de Jojutla, acompañado de su hermana y dos amigos. A las 8:15 horas llegó a su casilla, pero tuvo que esperar hasta las 9:00 para emitir su voto.

"Podría mil veces antes trabajar para Peña, pero nunca lo haría para (Amado) Orihuela", comentó en el trayecto, refiriéndose al candidato del PRI a la Gubernatura de Morelos.

Apenas votó, Brito emprendió el camino de regreso al Distrito Federal. #YoSoy132 había convocado a vigilar la elección en un "cuarto de paz" ubicado en una casa ubicada en Jardines del Pedregal, y él tenía que estar ahí.

 
SIN TELEVISIÓN
Un amigo de Antonio Attolini, estudiante del ITAM y otra de las figuras del movimiento, prestó la planta baja de su casa en Jardines del Pedregal para que alrededor de 50 estudiantes de #YoSoy132 la convirtieran en su centro de operaciones, o el cuarto de paz, como ellos decidieron llamarle.

Attolini no pudo llegar sino hasta la una de la tarde, pues tuvo que ir a votar a Cuernavaca. La casilla especial en la que pensaba emitir su sufragio, detrás de Plaza Loreto, estaba abarrotada. Él era el número 718 en la fila, por lo que, al igual que Brito, fue a votar al estado de Morelos.

¿"Tú crees que yo podría estar aquí sin el dedo manchado? No inventes", señaló a uno de sus compañeros que le reclamó su tardanza.

Laptops, Ipads, Ipods y Blackberries fueron los instrumentos de trabajo de los estudiantes para recopilar información de irregularidades y presuntos delitos electorales durante la jornada y para difundir comunicados y tweets con las denuncias.

Realizaron su labor en mesas blancas de plástico y todo tipo de sillas. Los que no alcanzaban lugar, se sentaban en el piso, en las escaleras, donde fuera. Faltaban asientos pero no computadoras. Prácticamente todos los enchufes estaban ocupados.

Las paredes lucían llenas de hojas de papel bond y cartulinas, donde los estudiantes escribían los incidentes de la jornada, entre los que destacaba la votación de Enrique Peña Nieto en Atlacomulco y el envío de mensajes SMS a nombre del PVEM.

Los jóvenes se dividieron las tareas: monitoreo por estados, por medios -nacionales, locales e internacionales-, de páginas de organizaciones sociales y de partidos y, por supuesto, de las redes sociales, por las cuales, los jóvenes recibían denuncias con los hashtags #TeCache132 y #YoSOy132vc.

El monitoreo se subió en tiempo real en un documento común de Google Docs, procesado por la comisión de vigilancia del movimiento y después publicado por la comisión de difusión.

En la sala había alrededor de 50 computadoras, pero ninguna televisión. Los jóvenes mantuvieron su desconfianza hacia el medio contra el se han manifestado desde el surgimiento del movimiento.

Las fallas con el internet fueron una constante. Recurrieron a opciones de último minuto para solucionar los problemas técnicos, desde compra de tarjetas BAM de emergencia hasta trasladarse a cafés o a otras casas para trabajar en línea.

 
AL FINAL DEL DÍA
 
El trabajo más intenso comenzó a las seis de la tarde, cuando recibieron denuncias de compañeros del movimiento que fueron agredidos por priistas en el Estado de México.

"Pase o no esta situación, sea distinta su lucha a la nuestra, lo que nosotros estamos haciendo es solidarizarnos ante una amenaza de violencia, ahí no se vale", señaló Attolini.

Los jóvenes debían manifestarse en contra de las agresiones a su movimiento, pero también estar pendiente de los resultados, y de la valoración del IFE.

El saldo blanco reportado por la autoridad electoral incomodó a los integrantes de #YoSoy132. Ellos tenían cientos de denuncias, y una decena de éstas las consideraban graves. Trataron de evadir el virtual triunfo de Peña Nieto, pero había rumores de que algunos de sus compañeros ya habían dado posicionamientos políticos.

Brito y Attolini pusieron orden: sólo darían información de la vigilancia electoral. El posicionamiento político sería aprobado en la asamblea general Interuniversitaria del 3 de julio en la Facultad de Ciencias de la UNAM.

Mientras llega el tiempo de la asamblea, afloraba la creatividad y el humor entre los estudiantes.

"Quien fuera (Gustavo) Cerati para dormir plácidamente en esta tragedia", expresó uno de ellos.

"Se me metió un México sin memoria al ojo", dijo una estudiante, lamentando el resultado.

 
 
 
Pausa
 
El movimiento #YoSoy132 indicó ayer en un comunicado que:
· Su posicionamiento político sobre resultado electoral será discutido y aprobado en la Quinta Asamblea General Interuniversitaria.

· Todo boletín informativo o comunicado sobre el tema que se difunda antes no es oficial.

· La asamblea se realizará el 3 de julio en el auditorio de la Facultad de Ciencias de la UNAM.

 
 
JOJUTLA . Carlos Brito, estudiante del Cinvestav e integrante de #YoSoy132, viajó a Morelos para ejercer su derecho al voto.

GUADALAJARA. Óscar Olivares participó como observador acreditado por el IFE en la jornada electoral.

MONTERREY. Adriana Cisneros sufragó en la colonia Cumbres y colaboró en la vigilancia del proceso.

JALISCO. Jóvenes de la entidad se reunieron para informarse sobre el transcurso de los comicios.

DF. Antonio Attolini, del ITAM, dio seguimiento a los incidentes de la elección desde el centro de operaciones de #YoSoy132.

CAMPAMENTO. En el Monumento a la Revolución, estudiantes recibieron quejas y brindaron información a electores.


Silvia Garduño, Reforma, 2 de julio.