Termina la era panista

GUADALAJARA.- Tras gobernar Jalisco durante 18 años, la era panista llegará a su fin el último minuto del 28 de febrero próximo.

De ser irreversible el resultado preliminar de la jornada electoral de este domingo, el priista Jorge Aristóteles Sandoval Díaz tomará las riendas del Poder Ejecutivo a partir del tercer mes del 2013.

El partido blanquiazul llegó al poder en Jalisco en 1995, de la mano de Alberto Cárdenas Jiménez, quien obtuvo una votación histórica en contra del entonces candidato tricolor, Eugenio Ruiz Orozco.

Cárdenas Jiménez ganó con una diferencia de 15.63 por ciento de diferencia respecto al segundo lugar.

Ese margen no lo volvió a tener Acción Nacional en las dos contiendas posteriores.

La elección del 2000 se resolvió en tribunales y al final el blanquiazul se adjudicó la gubernatura con una diferencia de sólo 2.2 por ciento.

Y seis años después, Emilio González Márquez retuvo el Poder Ejecutivo al vencer al candidato del PRI, Arturo Zamora Jiménez, con una diferencia de 3.79 por ciento.

Jalisco era uno de los estados más emblemáticos para el PAN a nivel nacional, junto con los estados de Guanajuato y Morelos, los tres llegaron a considerarse bastiones albiazules.

Los votos que aportó Jalisco a Acción Nacional fueron 'clave' para el triunfo de Vicente Fox y Felipe Calderón en las elecciones presidenciales del 2000 y del 2006.

Sin embargo, el desgaste de 18 años en el ejercicio de Gobierno, los errores cometidos por las administraciones azules, las diferencias internas y escándalos de presunta corrupción en los que se involucraron panistas mermaron la fuerza de este instituto.

El aviso de la debacle azul fue la derrota que sufrió este partido en las elecciones intermedias del 2009, en las que el PRI se quedó con los principales municipios de la zona metropolitana, incluida la capital, Guadalajara.

Tras el fracaso electoral en esa elección intermedia, panistas tomaron la sede del Comité Directivo Estatal albiazul, inconformes con la dirigencia de Eduardo Rosales Castellanos, quien se separó de la presidencia del partido hacia finales del 2009.

Otro aspecto que afectó el potencial electoral del PAN fue el rompimiento del bipartidismo que imperaba en Jalisco, ya que la incursión de Enrique Alfaro Ramírez a la contienda por la gubernatura cambió drásticamente el escenario a una competencia entre tres aspirantes.

Un nuevo choque se avizora dentro del PAN después de la derrota del 1 de julio y ante los señalamientos de traición que pesan sobre liderazgos de peso del panismo local.


Francisco de Anda corresponsal, Reforma, 2 de julio.

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