En ese contexto, la doctora Hilda Molina, devenida disidente tras ser oficial de la policía y diputada, confirmó también ayer que el gobierno cubano entregó a su madre de 80 años el pasaporte correspondiente para que viaje a Buenos Aires a encontrarse con su nieto, después de varios años de negativa. En un discurso en Washington, seguido desde dependencias diplomáticas de EU en La Habana por Martha Beatriz Roque y otros opositores, Bush dijo que “Cuba aun sufre bajo el despotismo personal de Fidel y Raúl Castro”, pero propuso “cambiar las regulaciones” de su país para permitir el envío de teléfonos celulares a los cubanos. “Si Raúl (Castro) es serio en sus llamadas reformas, autorizará” esta iniciativa, dijo.
Asimismo afirmó que “si a los recientes gestos públicos (de Raúl) siguen un mayor acceso a la información y a la implementación de una reforma económica significativa, el respeto de la libertad política y los derechos humanos, entonces puede decir convincentemente que ha iniciado el cambio”.
Los cubanos consideran que las acciones de Parmly violan “las leyes nacionales, la Convención de Ginebra (sobre actividad diplomática), las leyes de EU y las propias normas del Departamento de Estado” y calificaron de “nueva bufonada” el discurso de Bush.
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