Chocan visiones de partidos

El arranque del debate energético en el Senado fue escenario del primer enfrentamiento de posiciones sobre la reforma impulsada por el Presidente Felipe Calderón.

Durante el primero de 22 foros programados, la discusión tuvo momentos de tensión entre los participantes.

El enfrentamiento verbal fue protagonizado por el perredista Cuauhtémoc Cárdenas y el dirigente del PAN, Germán Martínez, quienes discutieron sobre los contratos de desempeño, planteados en la iniciativa del Ejecutivo, así como sobre su inconstitucionalidad, riesgos y beneficios para Pemex.

En su primera intervención, Martínez expuso que la Carta Magna sólo prohíbe las concesiones a particulares para la explotación de hidrocarburos, por lo que la propuesta del Gobierno no contraviene la Constitución.

"La iniciativa de Calderón bajo ninguna circunstancia transfiere a particulares explotar riqueza ni dar contraprestación como parte de producto de la renta petrolera", señaló el panista.

Cárdenas aseguró que los contratos de desempeño no son otra cosa más que los contratos de riesgo, prohibidos por la Constitución.

"En la iniciativa se llaman (contratos) de desempeño, que no son otra cosa que contratos de riesgo, cuyo pago se vincula con resultados obtenidos, prohibidos por nuestras leyes", dijo el fundador del PRD.

En la ronda de réplicas, Martínez respondió que los contratos de riesgo son aquellos en lo que se comparte la producción de petróleo en la exploración y explotación, como ocurre actualmente en Cuba.

"La contraprestación se hará en efectivo, que forma parte de gastos de operación y que es como los salarios de los trabajadores, y no comprometen renta petrolera", afirmó.

Para defender la constitucionalidad de la iniciativa calderonista, Martínez recurrió a la reforma impulsada por el Presidente Lázaro Cárdenas en 1939, como también lo hizo la Secretaria de Energía, Georgina Kessel.

El panista recordó que el padre de Cuauhtémoc Cárdenas aceptó la participación de la iniciativa privada en la industria petrolera.

Cárdenas respondió que las circunstancias en 1939 obligaban a dejar abierta la puerta al capital privado, porque había carencias de carácter técnico y profesional.

Pero descartó que ahora Pemex no pueda desarrollar capacidades y tecnologías en ese campo.

Al exponer su visión, la presidenta del PRI, Beatriz Paredes, rechazó los contratos que puedan derivar en la privatización de Pemex.

"No apoyaremos cambio alguno que signifique compartir la renta petrolera con empresas privadas, nacionales o extranjeras, ya sea por la vía directa o por los llamados contratos de riesgo", expresó.



Polemizan invitados


Los especialistas invitados también protagonizaron enfrentamientos.

El investigador del CIDE, Carlos Elizondo, propició la polémica al asegurar que la discusión sobre la inconstitucionalidad de la reforma energética es inútil, porque desvía la atención del tema de fondo.

"¿Cuántas veces se ha modificado la Constitución? Cuatrocientas setenta y tres veces. No es un texto sagrado. Pensar que son textos sagrados es propio de hombres dogmáticos", lanzó.

José Agustín Ortiz Pinchetti, representante de Andrés Manuel López Obrador, dijo que la postura del investigador muestra la verdadera intención de privatizar el petróleo.

"Me ha impresionado la intervención del doctor Elizondo, porque por fin vemos surgir con toda crudeza la vocación por la privatización", recriminó.

"Yo vengo en nombre propio. No estoy acostumbrando a leer textos de otros. Lo que estoy describiendo es lo que yo pienso", reviró Elizondo.

David Ibarra también se dijo sorprendido por la visión de Elizondo.

"Estoy un poco confundido, porque ahora resulta que la constitucionalidad de reformas no es importante; esto es, el Estado de derecho dejó de ser importante", agregó.

Regalito

El panista Germán Martínez obsequió a Lorenzo Meyer copia de la Ley Reglamentaria del 27 constitucional, que en 1939 el Presidente Lázaro Cárdenas envió al Congreso.

Nota de Claudia Guerrero, Claudia Salazar y Armando Estrop, Reforma, 14 de mayo.


0 Responses to "Chocan visiones de partidos"