Guerrillera desmovilizada de FARC insiste en solución política al conflicto en Colombia

La desmovilizada guerrillera colombiana Nelly Avila Moreno, alias Karina, quien se entregó a las autoridades colombianas el pasado domingo, insistió ayer en que la solución a 44 años de conflicto interno en este país sudamericano es la negociación política.
“Con la lógica de la lucha armada no se logra nada, todo esto se logra por la vía del diálogo y una salida política”, dijo la ex jefa del frente 47 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a la cadena privada Caracol.
La guerrillera, quien llamó a sus ex compañeros a incorporarse a la vida civil, admitió que durante 24 años estuvo convencida de la lucha armada y de que por esa vía se podría conseguir cambios sociales.
Karina sostuvo que no está arrepentida de la decisión de entregar las armas y reiteró que está dispuesta a cooperar con la justicia colombiana para obtener beneficios jurídicos.
“Deseo hacer muchas cosas por la paz de Colombia”, indicó la ex jefa guerrillera.
La rebelde desmovilizada permanece en la sede de la IV brigada de la ciudad de Medellín, en donde ayer fue interrogada por funcionarios del gobierno colombiano.
BENEFICIOS. La Fiscalía considera que Karina podría acceder a la Ley de Justicia y Paz, que es un instrumento jurídico que otorga beneficios jurídicos como una condena no mayor a ocho años de prisión a los miembros de grupos armados irregulares que se desmovilicen.
Si Karina confiesa sus delitos y no vuelve a delinquir, la ex jefe guerrillera podría cumplir una condena a entre cinco y ocho años de cárcel, de acuerdo con la normatividad de la ley.
RECHAZO. La rebelde, cuyo nombre verdadero es Nelly Ávila Moreno, negó ser sanguinaria y autora de muchos de los crímenes que se la atribuyen. “Esa fama me la han dado los mismos medios de comunicación. A veces no se investiga bien y le ponen a uno esa chapa”, manifestó la ahora ex comandante.

De docente a extremista
La ex jefa guerrillera Nelly Ávila Moreno, alias Karina, es originaria del departamento de Antioquia. Ejerció el magisterio, pero después de un tiempo ingreso a la guerrilla, donde llegó a comandar el Frente 47 hasta su desmovilización a los 40 años, imponiendo a sangre y fuego su férrea disciplina en las filas de las FARC, en los departamentos de Caldas y Antioquia.
Karina perdió su ojo derecho luego de un operativo del Ejército en Pavarandó, Antioquia, y fue relegada a un mando medio. Sus acciones causaron numerosos desplazamientos de campesinos en el oriente de Caldas y sur de Antioquia.
El presidente Álvaro Uribe Vélez ofreció en su momento una recompensa por un millón de dólares por la captura de Karina, por ser quien adelantó el atentado a las torres de transmisión de Telecom en el cerro Montesuma, entre los departamentos de Chocó y Risaralda.
Además, está sindicada de varias pescas milagrosas, secuestros, extorsiones y quema de vehículos de servicio público, en el oriente de Caldas, donde muchos campesinos fueron obligados a reemplazar los cultivos de café y pancoger, por siembras de coca.
Nota de agencias en Bogotá, Crónica, 21 de mayo.

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