BOGOTÁ.- La muerte del fundador y líder histórico de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Pedro Antonio Marín, alias "Manuel Marulanda" o "Tirofijo", llegó en el momento más inoportuno para esta guerrilla.
Una serie de duros golpes militares a la estructura de mando de las FARC, sumada a la deserción masiva de combatientes, se ha traducido en un resquebrajamiento de la guerrilla, presumen las autoridades y admiten los propios desertores.
Según cifras del Ministerio colombiano de Defensa, de los 15 mil 777 miembros que se estima integran los grupos armados ilegales, entre guerrilleros y paramilitares, desde el 7 de agosto de 2002 se han desmovilizado de forma individual 9 mil 559 combatientes de las FARC.
Cuando en esa fecha Álvaro Uribe asumió la Presidencia de Colombia, los cálculos más conservadores cifraban en unos 17 mil hombres a los miembros de las FARC, la principal guerrilla de este país sudamericano.
Estas deserciones han sido resultado de una amplia ofensiva militar orquestada por Uribe a través de su política de "seguridad democrática", que ha permitido al Estado recuperar el control de buena parte del territorio colombiano.
Entre las deserciones más simbólicas resalta la de la jefa guerrillera "Karina", ocurrida el pasado 18 de mayo, y a quien las autoridades identificaban como una de las más sanguinarias dentro de las FARC.
La emblemática jefa guerrillera dijo que se entregó porque el Ejército le pisaba los talones y temía ser traicionada por algún subalterno, al verse tentado por las jugosas recompensas que el Gobierno ofrece por los principales cabecillas de las FARC, y correr así la misma suerte que su camarada "Iván Ríos".
En marzo pasado, "Ríos" fue asesinado por uno de sus guardaespaldas, que incluso le cortó una mano para que las autoridades confirmaran la identidad del guerrillero.
"Karina" aseguró además que las FARC están resquebrajadas y que hacía dos años perdió comunicación con la cúpula rebelde.
A las deserciones se suman los golpes militares que la fuerza pública colombiana ha asestado a las FARC.
El golpe más contundente a la estructura de mando rebelde fue la muerte de su número dos, "Raúl Reyes", durante un operativo militar, el pasado 1 de marzo, contra un campamento de las FARC en Ecuador, en el que también murieron cuatro mexicanos.
Pero la muerte de "Reyes" fue sólo la más vistosa de una racha que incluye a jefes guerrilleros importantes como el "Negro Acacio", clave en las finanzas de las FARC, o "Martín Caballero", que asolaba la costa norte de Colombia.
"La desaparición de 'Marulanda' sería el golpe moral más duro que podrían recibir las FARC después de esta racha de golpes militares, deserciones, incomunicación, descontrol, desaliento y desmoralización tan grande en que están", opinó el experto en seguridad Alfredo Rangel.
Una serie de duros golpes militares a la estructura de mando de las FARC, sumada a la deserción masiva de combatientes, se ha traducido en un resquebrajamiento de la guerrilla, presumen las autoridades y admiten los propios desertores.
Según cifras del Ministerio colombiano de Defensa, de los 15 mil 777 miembros que se estima integran los grupos armados ilegales, entre guerrilleros y paramilitares, desde el 7 de agosto de 2002 se han desmovilizado de forma individual 9 mil 559 combatientes de las FARC.
Cuando en esa fecha Álvaro Uribe asumió la Presidencia de Colombia, los cálculos más conservadores cifraban en unos 17 mil hombres a los miembros de las FARC, la principal guerrilla de este país sudamericano.
Estas deserciones han sido resultado de una amplia ofensiva militar orquestada por Uribe a través de su política de "seguridad democrática", que ha permitido al Estado recuperar el control de buena parte del territorio colombiano.
Entre las deserciones más simbólicas resalta la de la jefa guerrillera "Karina", ocurrida el pasado 18 de mayo, y a quien las autoridades identificaban como una de las más sanguinarias dentro de las FARC.
La emblemática jefa guerrillera dijo que se entregó porque el Ejército le pisaba los talones y temía ser traicionada por algún subalterno, al verse tentado por las jugosas recompensas que el Gobierno ofrece por los principales cabecillas de las FARC, y correr así la misma suerte que su camarada "Iván Ríos".
En marzo pasado, "Ríos" fue asesinado por uno de sus guardaespaldas, que incluso le cortó una mano para que las autoridades confirmaran la identidad del guerrillero.
"Karina" aseguró además que las FARC están resquebrajadas y que hacía dos años perdió comunicación con la cúpula rebelde.
A las deserciones se suman los golpes militares que la fuerza pública colombiana ha asestado a las FARC.
El golpe más contundente a la estructura de mando rebelde fue la muerte de su número dos, "Raúl Reyes", durante un operativo militar, el pasado 1 de marzo, contra un campamento de las FARC en Ecuador, en el que también murieron cuatro mexicanos.
Pero la muerte de "Reyes" fue sólo la más vistosa de una racha que incluye a jefes guerrilleros importantes como el "Negro Acacio", clave en las finanzas de las FARC, o "Martín Caballero", que asolaba la costa norte de Colombia.
"La desaparición de 'Marulanda' sería el golpe moral más duro que podrían recibir las FARC después de esta racha de golpes militares, deserciones, incomunicación, descontrol, desaliento y desmoralización tan grande en que están", opinó el experto en seguridad Alfredo Rangel.
Octavio Pineda, corresponsal, Reforma, 27 de mayo.
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