WASHINGTON.- Al menos 11 mexicanos murieron entre 2003 y 2008 en centros de detención migratoria en Estados Unidos por presunta negligencia médica, reveló ayer en una investigación el diario The Washington Post.
En el reportaje, el diario aborda las pésimas condiciones sanitarias que enfrentan unos 33 mil indocumentados, procedentes de todo el mundo, detenidos en una red de centros migratorios, que incluyen 297 cárceles de condado y municipales, más otras 23 instalaciones, de las cuales 7 son de empresas privadas.
El Post denunció que los detenidos, en espera de ser deportados, tienen menos acceso a abogados que los presos por asesinato en cárceles de alta seguridad e incluso las condiciones de reclusión de algunos son peores que las de los acusados de terrorismo presos en Guantánamo, Cuba, deploradas repetidamente por organizaciones humanitarias.
En su investigación, el diario contó 83 muertes de indocumentados en reclusión entre marzo de 2003, cuando comenzó a operar el ICE (Immigration and Customs Enforcement), agencia que relevó al Servicio de Inmigración y Naturalización, y marzo de 2008.
De las 83 muertes, el Post registró 30 causas "cuestionables", ya que acciones u omisiones del personal médico de los centros de detención pudieron contribuir a que ocurrieran. Entre estos 30 casos están los de 11 personas de origen mexicano.
El diario asegura que en su indagatoria hayó un mundo oculto de juicios médicos erróneos y de faltas administrativas, que hace que los indocumentados presos tengan atención médica pobre, lenta o nula.
El Post atribuye las faltas a la enorme presión que puso sobre las autoridades migratorias el endurecimiento de las políticas que rigen la inmigración tras los ataques terroristas del 11/9 contra las Torres Gemelas.
Pero los indocumentados no son terroristas, añade el periódico. "La mayoría trabajadores a quienes se les ve como amenazas a la seguridad nacional", dice.
El diario da a conocer la lista con los nombres de los 30 detenidos que fallecieron bajo condiciones médicas "cuestionables" y los lugares donde esto ocurrió.
De los 11 mexicanos en dicha lista, da detalles de dos casos.
Juan Guevara Lozano era un mexicano pobre y padre de familia de 21 años, a quien las autoridades dejaron morir en El Paso con un aneurisma cerebral. Le recetaron un analgésico.
Víctor Alonso Arellano, de 23 años, murió en California sin que le detectara una meningitis, tratada tardíamente con antibióticos.
Además, Juan Guillermo Guerrero, de 37 años, pereció de asfixia después de su deportación a México. Sus abogados aseguran que el ataque que lo mató le sobrevino porque no le dieron medicamentos mientras estuvo detenido en EU.
Al mexicano Martín Hernández Banderas, de 40 años, le amputaron una pierna porque durante su detención no se le atendió su diabetes.
Las deficientes condiciones en estas instalaciones también fueron denunciadas por The New York Times recientemente.
Con información de NTX
Cadena de omisiones
Entre las fallas de los casi 300 sitios de reclusión de indocumentados en Estados Unidos en espera de deportación destacan:
· Los detenidos no tienen garantizada la representación legal gratuita. Sólo uno de 10 detenidos cuenta con un abogado, quien enfrenta serios obstáculos para conseguir información médica de su cliente.
· La División de Servicio de Salud de Inmigración presta atención médica a los detenidos y tiene un presupuesto anual de 61 millones de dólares para atender las demandas de una población diaria de 30 mil personas.
· Las condiciones de hacinamiento en que están los detenidos han sido propicias para el rápido contagio de males como la viruela. Además, en los centros no se han detectado infecciones, males crónicos o enfermedades contagiosas, como el VIH-sida.
En el reportaje, el diario aborda las pésimas condiciones sanitarias que enfrentan unos 33 mil indocumentados, procedentes de todo el mundo, detenidos en una red de centros migratorios, que incluyen 297 cárceles de condado y municipales, más otras 23 instalaciones, de las cuales 7 son de empresas privadas.
El Post denunció que los detenidos, en espera de ser deportados, tienen menos acceso a abogados que los presos por asesinato en cárceles de alta seguridad e incluso las condiciones de reclusión de algunos son peores que las de los acusados de terrorismo presos en Guantánamo, Cuba, deploradas repetidamente por organizaciones humanitarias.
En su investigación, el diario contó 83 muertes de indocumentados en reclusión entre marzo de 2003, cuando comenzó a operar el ICE (Immigration and Customs Enforcement), agencia que relevó al Servicio de Inmigración y Naturalización, y marzo de 2008.
De las 83 muertes, el Post registró 30 causas "cuestionables", ya que acciones u omisiones del personal médico de los centros de detención pudieron contribuir a que ocurrieran. Entre estos 30 casos están los de 11 personas de origen mexicano.
El diario asegura que en su indagatoria hayó un mundo oculto de juicios médicos erróneos y de faltas administrativas, que hace que los indocumentados presos tengan atención médica pobre, lenta o nula.
El Post atribuye las faltas a la enorme presión que puso sobre las autoridades migratorias el endurecimiento de las políticas que rigen la inmigración tras los ataques terroristas del 11/9 contra las Torres Gemelas.
Pero los indocumentados no son terroristas, añade el periódico. "La mayoría trabajadores a quienes se les ve como amenazas a la seguridad nacional", dice.
El diario da a conocer la lista con los nombres de los 30 detenidos que fallecieron bajo condiciones médicas "cuestionables" y los lugares donde esto ocurrió.
De los 11 mexicanos en dicha lista, da detalles de dos casos.
Juan Guevara Lozano era un mexicano pobre y padre de familia de 21 años, a quien las autoridades dejaron morir en El Paso con un aneurisma cerebral. Le recetaron un analgésico.
Víctor Alonso Arellano, de 23 años, murió en California sin que le detectara una meningitis, tratada tardíamente con antibióticos.
Además, Juan Guillermo Guerrero, de 37 años, pereció de asfixia después de su deportación a México. Sus abogados aseguran que el ataque que lo mató le sobrevino porque no le dieron medicamentos mientras estuvo detenido en EU.
Al mexicano Martín Hernández Banderas, de 40 años, le amputaron una pierna porque durante su detención no se le atendió su diabetes.
Las deficientes condiciones en estas instalaciones también fueron denunciadas por The New York Times recientemente.
Con información de NTX
Cadena de omisiones
Entre las fallas de los casi 300 sitios de reclusión de indocumentados en Estados Unidos en espera de deportación destacan:
· Los detenidos no tienen garantizada la representación legal gratuita. Sólo uno de 10 detenidos cuenta con un abogado, quien enfrenta serios obstáculos para conseguir información médica de su cliente.
· La División de Servicio de Salud de Inmigración presta atención médica a los detenidos y tiene un presupuesto anual de 61 millones de dólares para atender las demandas de una población diaria de 30 mil personas.
· Las condiciones de hacinamiento en que están los detenidos han sido propicias para el rápido contagio de males como la viruela. Además, en los centros no se han detectado infecciones, males crónicos o enfermedades contagiosas, como el VIH-sida.
Nota de Reforma, 12 de mayo.
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