Su líder nacional, Germán Martíndez Cázares, exigió ayer que Pemex no sea rehén ni botín de nadie y reiteró el apoyo de su partido a la inversión privada en rubros polémicos como explotación, refinación y ductos.
“¡Que quede claro: la propuesta del presidente Calderón, que apoya el PAN, es de futuro! ¡No está construida desde el egoísmo de la renta electoral inmediata!”
En el primer día de debate, el líder panista tuvo una participación discreta: intervino en una ocasión y se fue sin responder preguntas de Cuauhtémoc Cárdenas sobre la modernización de Pemex.
Aunque López Obrador no acudió a la cita, el dirigente del PAN lo invocó durante la media hora que duró su discurso: “Miente quien afirma que el Presidente o el PAN queremos convertir a Pemex en una empresa privada”.
Advirtió que su partido defenderá a la empresa “de la verdadera amenaza privatizadora: esa privatización política que algunos buscan para desestabilizar a la democracia mexicana y conseguir lo que no obtuvieron en las urnas”.
Incluso, vinculó al tabasqueño con el EPR, al asentar que la privatización política de hoy “no es lejana, en intención y finalidad, a la quema de pozos petroleros de hace un par de décadas o a la reciente colocación de explosivos en ductos” de la paraestatal.
“Se privatiza y se traiciona a Pemex cuando se usa al petróleo para fomentar el odio, la división y la violencia entre mexicanos.”
También señaló que la inclusión de capital privado en Pemex puede ser exitosa, como ocurre con la refinería de Deer Park (Houston), copropiedad de la paraestatal y la empresa Shell Oil.
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