MEDELLÍN. La guerrillera de las FARC, Nelly Ávila, alias Karina, se entregó a las autoridades colombianas tras dos décadas en el grupo. Ella es considerada una de sus más sanguinarias dirigentes y estaría detrás del asesinato del padre del presidente Álvaro Uribe en 1983.
Ávila, de unos 40 años y jefa del Frente 47, es acusada de unas cuatro masacres cometidas en la región de Urabá entre 1994 y 1996, de decenas de secuestros y ataques a la fuerza pública.
"Se caracterizaba por su crueldad y audacia, por las masacres y los golpes que dio a lo largo de 20 años en la guerrilla, por eso era un objetivo militar muy importante", informó el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.
"Se había vuelto una leyenda, tenía agallas para cualquier tipo de operación y esa clase de gente en la guerrilla asciende muy rápido; llegó a uno de los puestos más importantes que ha tenido una mujer en la organización", agregó.
Karina, de aspecto recio y herida varias veces en combate, se entregó al servicio de inteligencia colombiano en el municipio de Argelia, tras contactos con ese organismo y el impulso de su hija adolescente, que actuó como "garante", según el parte oficial.
El gobierno anunció que pagará una recompensa a las personas que ayudaron a la entrega de la dirigente de la guerrillera.
Santos aseguró que "la presión del Ejército y el hambre" obligaron a la líder rebelde a aceptar la invitación del presidente Uribe a entregarse a las autoridades a cambio de protección.
Por otra parte, se dio a conocer que policías migratorios de Costa Rica detuvieron a un mexicano que asegura estuvo en el campamento de las FARC en Ecuador atacado por Colombia el 1 de marzo pasado y que ingresó a territorio costarricense de manera ilegal.
"Lo tenemos en el centro de aprehensión para inmigrantes. Estamos esperando deportarlo, jueves o viernes, a la Ciudad de México", informó Francisco Castain, jefe de la policía de migración al identificar al mexicano como Glen Christopher Cerda, de 25 años de edad.
Ávila, de unos 40 años y jefa del Frente 47, es acusada de unas cuatro masacres cometidas en la región de Urabá entre 1994 y 1996, de decenas de secuestros y ataques a la fuerza pública.
"Se caracterizaba por su crueldad y audacia, por las masacres y los golpes que dio a lo largo de 20 años en la guerrilla, por eso era un objetivo militar muy importante", informó el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.
"Se había vuelto una leyenda, tenía agallas para cualquier tipo de operación y esa clase de gente en la guerrilla asciende muy rápido; llegó a uno de los puestos más importantes que ha tenido una mujer en la organización", agregó.
Karina, de aspecto recio y herida varias veces en combate, se entregó al servicio de inteligencia colombiano en el municipio de Argelia, tras contactos con ese organismo y el impulso de su hija adolescente, que actuó como "garante", según el parte oficial.
El gobierno anunció que pagará una recompensa a las personas que ayudaron a la entrega de la dirigente de la guerrillera.
Santos aseguró que "la presión del Ejército y el hambre" obligaron a la líder rebelde a aceptar la invitación del presidente Uribe a entregarse a las autoridades a cambio de protección.
Por otra parte, se dio a conocer que policías migratorios de Costa Rica detuvieron a un mexicano que asegura estuvo en el campamento de las FARC en Ecuador atacado por Colombia el 1 de marzo pasado y que ingresó a territorio costarricense de manera ilegal.
"Lo tenemos en el centro de aprehensión para inmigrantes. Estamos esperando deportarlo, jueves o viernes, a la Ciudad de México", informó Francisco Castain, jefe de la policía de migración al identificar al mexicano como Glen Christopher Cerda, de 25 años de edad.
Notimex y AFP, El Economista, 20 de mayo.
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