Se va Incalcaterra y advierte del Ejército

Si el gobierno del Presidente Felipe Calderón decidió sacar al Ejército a las calles para combatir al narcotráfico, deberá hacerlo bajo controles, toda vez que las fuerzas armadas están capacitadas para hacer otras funciones, sostuvo ayer Amerigo Incalcaterra, representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

"No estamos diciendo que tiene que salir (de las calles) el Ejército. Si esa es la decisión que se ha tomado, que establezcan controles", indicó en entrevista.

La ONU, aseguró, comprende la situación que vive México y por eso respeta la decisión.

"Lo que vive México es una situación fuera de lo común, el auge que está tomando la criminalidad organizada merece todo el apoyo para que México pueda enfrentarla con toda la fuerza de su institucionalidad".

Sin embargo, dijo, debe hacerlo dentro de un marco jurídico y de respeto a los derechos humanos.

"Es una lucha mucho más prolongada, es una lucha evidentemente en condiciones complejas, pero se gana mucha legitimidad".

Luego de anunciar la instalación de un mecanismo de comunicación, consulta y diálogo de derechos humanos entre la ONU y el gobierno federal, llamó a que sean jueces civiles los que atiendan las denuncias sobre violaciones a las garantías por parte de elementos del Ejército.

"Frente a violaciones, posibles violaciones, (que) sean los jueces ordinarios los que realicen las investigaciones", señaló.

Sobre el mecanismo de comunicación ONU-gobierno federal, externó que va a garantizar una interlocución transparente con el gobierno mexicano, y va a posibilitar la realización de acciones concretas en beneficio de los mexicanos.

El funcionario, quien deja el cargo este viernes, luego de trabajar en México desde octubre del 2005, dijo que esta estrecha comunicación con el gobierno federal y la oficina que él representó, se podrá transformar en cambios legislativos a favor de los derechos humanos.

Amerigo Incalcaterra reiteró nuevamente que su salida no es por presiones políticas y dijo que no se puede ver la relación del país con una persona, sino con la organización que representa.

"Quiero que enmarquen mi salida en un proceso normal; va a venir otro colega, otro más, no tienen que hacer un análisis desde el punto de vista personal, aquí va a haber una oficina que va a seguir trabajando para México".

En el lugar de Incalcaterra quedará Liliana Badilla, mientras el Alto Comisionado nombra al sustituto.

En el acto, el subsecretario de Asuntos Multilaterales de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Juan Manuel Gómez Robledo, aseguró que México mantendrá su política de apertura y cooperación en materia de derechos humanos con el sistema internacional.

"Todas las visitas, recomendaciones y cooperación con los órganos del sistema internacional que tutele los derechos humanos son centrales en la política de este gobierno", subrayó.
Nota de Armando Estrop, Reforma, 20 de mayo.

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