La Casa Blanca insta a Richardson a “abordar” en Cuba el caso del estadunidense preso en la isla

Nueva York, 24 de agosto. La gira por Cuba del gobernador de Nuevo México Bill Richardson esta semana, justo cuando hay indicios de que la Casa Blanca considera anular algunas prohibiciones en los viajes a la isla, generó especulaciones aquí sobre si podría ser un interlocutor para promover mayores cambios en la relación bilateral, incluidas las negociaciones sobre prisioneros en ambos países.

Richardson elogió hoy la liberación de más prisioneros en Cuba, reiteró su apoyo a un cambio en la relación bilateral –que incluya la suspensión de prohibiciones a viajes de estadunidenses– y mayor comercio, criticó el embargo y confirmó que el gobierno de Barack Obama le solicitó abordar el caso del estadunidense Alan Gross, encarcelado bajo sospecha de espionaje.

Sin embargo, Richardson subrayó que el objetivo de su viaje de cinco días a la isla es estrictamente comercial y que no está en Cuba para representar de ninguna manera al gobierno de Obama. Pero el viaje de Richardson, quien en varias ocasiones a lo largo de los años ha obrado como interlocutor diplomático para el gobierno estadunidense, inevitablemente detonó la especulación sobre si intentará abrir un nuevo diálogo con Cuba, incluso el de un “canje” de prisioneros, entre otros asuntos.

En entrevista con MSNBC desde Cuba, Richardson enfatizó esta mañana: “no estoy aquí como enviado de la administración (de Obama)”, y dijo que acudió a promover productos de Nuevo México como “salsa, chili verde” y más, pero no evadió los temas políticos, e incluso elogió la liberación de prisioneros cubanos. Estos son “pasos positivos de Cuba que deben de ser reconocidos”, sostuvo.

Señaló que recomendaría al gobierno de Obama liberalizar los viajes de estadunidenses a la isla “más temprano que tarde”, y agregó que “todos estos pasos tienen sentido para construir confianza. Están en el interés de Estados Unidos… Tampoco creo que el embargo esté funcionando”.

Insistió en que su “misión principal” en la isla es promover el comercio con su estado. Agregó: “hablaré con altos funcionarios en el gobierno cubano en los próximos dos días. Estoy seguro que muchos de estos asuntos se presentarán”.

Mientras, en Washington, Philip Crowley, vocero del Departamento de Estado, reiteró hoy que el gobernador estaba en una misión comercial estatal, pero que funcionarios diplomáticos habían platicado con él la semana pasada para actualizarlo sobre el caso de Gross, y “le instamos abordar el tema durante su estadía en La Habana”. A la vez, Crowley subrayó que Richardson “no lleva un mensaje de Estados Unidos, más que el de instar a Cuba a liberar a Alan Gross”. Si lo logra, el vocero respondió que el gobierno “estaría agradecido”, y recordó que Richardson “tiene experiencias previas en este tipo de misiones. No estoy previendo que ese será el resultado”, aclaró.

Wayne Smith, quien encabezó la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana en la presidencia de Jimmy Carter y hoy es analista especializado en Cuba en el Center for International Policy en Washington, consideró que Richardson “es bueno para estas cosas” pero desconoce si está realizando gestiones en torno a un posible intercambio de prisioneros.

“Espero que existan tales iniciativas”, dijo Smith en entrevista con La Jornada, pero no hay pruebas de ello. Con todo, comentó que está casi seguro que el gobierno de Obama modificará las prohibiciones sobre los viajes de estadunidenses, y espera que eso ayude a promover la legislación pendiente para suspender toda prohibición de viajes a la isla. Indicó que hay cierto titubeo en el gobierno de Obama sobre cualquier nueva iniciativa en esta coyuntura electoral, y que tal vez el gobierno está preocupado por provocar alguna oposición de aliados como el senador demócrata cubano estadunidense Robert Menéndez. “Pero no hay mucho que temer ya que hay apoyo del público en las encuestas para anular las prohibiciones de viajes, así como otros cambios positivos en la política bilateral”, afirmó.

Sin embargo, continúa la especulación sobre si la “misión” de Richardson tiene propósitos más allá del comercio. El Miami Herald recuerda que Richardson ha viajado en varias ocasiones a la isla, más recientemente hace un año, y que una visita en 1996 resultó en la liberación de tres prisioneros cubanos. Otros señalan que mientras que Washington demanda públicamente la liberación de Gross, no se habla sobre a cambio de qué, lo cual nutre versiones no oficiales sobre la posibilidad de si algunos de los llamados Cinco de Cuba encarcelados en Estados Unidos podría ser parte de un “canje”.

Algunos analistas y periodistas buscan indicios de una jugada indirecta entre Washington y La Habana a través de las negociaciones diplomáticas vía países europeos, y la Iglesia católica que han llevado a la reciente liberación de presos en Cuba. Pero otros descartan algún cambio dramático hasta después de los comicios legislativos programados para noviembre en este país, ya que consideran que los demócratas no desean ofrecer municiones potenciales a sus contrincantes republicanos por ahora.
David Brooks, La Jornada, 25 de agosto.

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