A poco más de un mes de que de inicio, la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 16), que se realizará en Cancún, el proceso para la búsqueda de consensos enfrenta diversas dificultades, advirtió ayer Isaac Valero Ladrón, asesor de de la Delegación de la Unión Europea (UE) en México.
Existe, detalló durante una reunión con medios nacionales y extranjeros, un desequilibrio entre las dos principales vías de negociación, ya que los acuerdos sobre una eventual actualización del Protocolo de Kyoto registran más avances que los relacionados con las acciones de cooperación a largo plazo.
"Vemos que todavía persisten las diferencias ideológicas, los grandes debates y los problemas que estuvieron presentes en Copenhague", comentó.
"Ese desequilibrio hará que cuando lleguemos a un mismo objetivo no podamos afianzar un acuerdo en conjunto".
Explicó que el Protocolo de Kyoto sólo contempla la reducción de una parte limitada de las emisiones de gases de efecto invernadero mientras que el resto recae en las acciones que tomen los gobiernos a largo plazo.
Por otra parte, señaló, varios países, incluyendo los nueve que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) -como Venezuela, Ecuador y Bolivia-, rechazan adoptar los principios que se acordaron en la cumbre de Copenhague, que son la guía que tienen ahora los gobiernos para trabajar en el combate al cambio climático.
Aunque ala UE coincide con las razones que tienen para no aceptar los acuerdos de Copenhague, ya que también considera que fueron poco ambiciosos, apuntó, resulta imprescindible que todos los países los adopten.
Otro desafío, indicó, consiste en que Estados Unidos y China, los cuales generan el 40 por ciento de las emisiones de bióxido de carbono a nivel mundial, todavía esperan que uno de los dos asuma compromisos primero para actuar.
En su diagnóstico de riesgos, Valero también incluyó a los gobiernos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ya que, señaló, también se resisten a transitar a economías bajas en carbono.
"(Estos países) son, han sido y seguirán siendo un obstáculo a las negociaciones internacionales", remarcó.
El especialista de la UE agregó que a la fecha no está claro quienes van a aportar los 100 mil millones de dólares anuales, a partir de 2012, acordados en Copenhague para enfrentar el cambio climático.
"¿De dónde va a salir ese dinero?. No puede salir todo de los gobiernos, menos luego de salir de una crisis. Tiene que salir una parte del sector privado", planteó.
La Embajadora de la UE en México, Marie-Anne Coninsx, consideró que para que la COP 16 tenga un resultado satisfactorio se requieren compromisos concretos en materia de transferencia de tecnología; monitoreo, reporte y verificación de las reducciones de las emisiones; mercados globales de carbono; medidas de mitigación, reforestación y financiamiento a largo plazo.
"Un avance en todos ellos haría que el paquete de Cancún fuera equilibrado", apuntó.
Verónica Sánchez, Reforma, 13 de octubre.
Existe, detalló durante una reunión con medios nacionales y extranjeros, un desequilibrio entre las dos principales vías de negociación, ya que los acuerdos sobre una eventual actualización del Protocolo de Kyoto registran más avances que los relacionados con las acciones de cooperación a largo plazo.
"Vemos que todavía persisten las diferencias ideológicas, los grandes debates y los problemas que estuvieron presentes en Copenhague", comentó.
"Ese desequilibrio hará que cuando lleguemos a un mismo objetivo no podamos afianzar un acuerdo en conjunto".
Explicó que el Protocolo de Kyoto sólo contempla la reducción de una parte limitada de las emisiones de gases de efecto invernadero mientras que el resto recae en las acciones que tomen los gobiernos a largo plazo.
Por otra parte, señaló, varios países, incluyendo los nueve que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) -como Venezuela, Ecuador y Bolivia-, rechazan adoptar los principios que se acordaron en la cumbre de Copenhague, que son la guía que tienen ahora los gobiernos para trabajar en el combate al cambio climático.
Aunque ala UE coincide con las razones que tienen para no aceptar los acuerdos de Copenhague, ya que también considera que fueron poco ambiciosos, apuntó, resulta imprescindible que todos los países los adopten.
Otro desafío, indicó, consiste en que Estados Unidos y China, los cuales generan el 40 por ciento de las emisiones de bióxido de carbono a nivel mundial, todavía esperan que uno de los dos asuma compromisos primero para actuar.
En su diagnóstico de riesgos, Valero también incluyó a los gobiernos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ya que, señaló, también se resisten a transitar a economías bajas en carbono.
"(Estos países) son, han sido y seguirán siendo un obstáculo a las negociaciones internacionales", remarcó.
El especialista de la UE agregó que a la fecha no está claro quienes van a aportar los 100 mil millones de dólares anuales, a partir de 2012, acordados en Copenhague para enfrentar el cambio climático.
"¿De dónde va a salir ese dinero?. No puede salir todo de los gobiernos, menos luego de salir de una crisis. Tiene que salir una parte del sector privado", planteó.
La Embajadora de la UE en México, Marie-Anne Coninsx, consideró que para que la COP 16 tenga un resultado satisfactorio se requieren compromisos concretos en materia de transferencia de tecnología; monitoreo, reporte y verificación de las reducciones de las emisiones; mercados globales de carbono; medidas de mitigación, reforestación y financiamiento a largo plazo.
"Un avance en todos ellos haría que el paquete de Cancún fuera equilibrado", apuntó.
Verónica Sánchez, Reforma, 13 de octubre.
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