Ebrard desea ser presidente para reconstruir las instituciones

El jefe del gobierno capitalino, Marcelo Ebrard Casaubon, expuso ayer en una carta titulada “¿Para qué deseo ser presidente?”, que aspira a la primera magistratura del país para unir a una nueva mayoría social y política que cambie el rumbo del país “por una ruta más segura y justa” y se compromete a reconstruir las instituciones y ponerlas al servicio de la sociedad; es decir, “poner al Estado por encima de los intereses ilegítimos”. En la misiva, expone su proyecto político que consiste en un gobierno de coalición basado en cinco ejes de acción para “corregir el rumbo” de México y que de paso “a un nuevo régimen político que nos saque de la parálisis y evite regresar a los excesos del presidencialismo autoritario y patrimonialista”. Consideró que México ya ha sufrido mucho con las experiencias del gobierno de un solo hombre, así como con las de un gobierno paralizado por los pequeños y grandes intereses. “Sin dudas ni resquemores debemos construir una gran alianza nacional, un gobierno de coalición, un gabinete con mexicanos y mexicanas íntegros y patriotas”, sostuvo. En primer punto, Ebrard convoca a “Construir la paz”, al considerar que la violencia acaba con el país por lo que el gobierno debe enfrentar a las organizaciones delincuenciales bajo los principios del Estado de Derecho. Aunque rechaza la idea de una guerra interna y si, en cambio, propone menos armas y mejor educación, porque “con menos impunidad y menos corrupción tendremos más seguridad”, apuntó. Dos, “Proteger los empleos y mejorar los salarios”, en el que indica que debe reconstruirse las capacidades de generación de proyectos y de construcción de infraestructura. Por ello, propone eliminar los obstáculos burocráticos que detienen la inversión, y frenar las prácticas monopólicas. En este mismo punto, señala que en cuanto a la relación con otros países, “con acuerdos, paz interna y políticas activas, México podrá recuperarse y enfrentar con mayor seguridad las adversas condiciones internacionales. Con esto generaremos fuentes de trabajo y mejores salarios”, expone. En el tercer punto, “Unirnos en favor de la justicia”, el jefe del GDF dice que bajo la premisa de que la pobreza extendida y la desigualdad es el mayor problema del país. El proyecto apuesta al diseño de políticas públicas orientadas al respeto de los derechos humanos, por lo que es necesario un nuevo acuerdo fiscal. , que haga factible financiar un sistema de seguridad social universal y un crecimiento de la inversión pública. En el cuarto punto, “Mejorar radicalmente la educación y desatar la innovación”, Ebrard asegura que necesitamos educar conforme a un nuevo paradigma, como es comprometer a los maestros y las familias, y lograr el reconocimiento de la sociedad a la labor de las comunidades educativas”, afirma. “De allí la importancia de ampliar el programa Prepa Sí a todo el país, a fin de garantizar la educación media superior a todos los jóvenes”, señala. Por último, en el quinto punto, el mandatario capitalino “Cambiar el régimen político”, Ebrard expresa que las instituciones políticas actuales están alejadas de los ciudadanos, quienes, afirma, ven desatendidos muchos de sus reclamos sociales. En tres años, agregó Ebrard en su documento, “deberán ser los electores quienes juzguen y decidan sobre nuestros avances: ratifican el mandato y el gobierno continúa, o no lo ratifican y el gobierno se va. El reto de corregir el rumbo es colosal, pero es necesario y posible”, enfatizó. Recordó que hace seis meses, propuso que la candidatura presidencial de la izquierda fuera para el aspirante mejor posicionado, para quien tuviera mayores posibilidades de conseguir el respaldo de la mayoría de los mexicanos, y que el abanderado se definiera por medio de debates y encuestas, para que la gente pueda informarse y formar su propio criterio. “No estamos en tiempos, donde se es candidato para llenar un espacio formal de los partidos políticos o para ir a una candidatura testimonial. Por la gravedad de la situación en que vivimos, considero que ésta ni siquiera se justifica en función del crecimiento de un partido o de un movimiento”, expuso. Héctor Cruz López, La Crónica, 1º de noviembre.