El ejército colombiano mata al jefe de las FARC

BOGOTÁ (Agencias).— El máximo comandante de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Alfonso Cano, murió en una operación del ejército en una zona montañosa del suroeste de Colombia, un nuevo golpe que podría acelerar el desmoronamiento del grupo rebelde, informó ayer el Ministerio de Defensa. Una fotografía tomada por uno de los soldados que participó en el operativo, y que muestra el cuerpo del abatido guerrillero, confirmó que se trata de Cano, reveló la televisión local. El teleinformativo Caracol informó que la imagen del rostro del máximo jefe de las FARC fue enviada a Bogotá y cotejada con las que tienen los organismos de seguridad. El presidente Juan Manuel Santos esperaba el examen a las huellas dactilares antes de confirmar la noticia al país. Guillermo León Sáenz, mejor conocido como Cano, y quien asumió el mando de las FARC en 2008, era sometido a una intensa persecución desde hace dos meses en límites de los sureños departamentos de Cauca y Valle, tras resultar herido en un ataque. El jefe de la Policía, general Óscar Naranjo, había advertido semanas antes que la fuerza pública “le respiraba en la nuca” al líder insurgente y que “sus días estaban contados”. De hecho, ayer por la tarde, medios periodísticos habían adelantado que las fuerzas militares habían bombardeado el anillo de seguridad del jefe rebelde. La zona donde fue abatido es uno de los mayores bastiones de las FARC, la mayor y más antigua guerrilla del país, por lo que el ejército había concentrado su persecución en esa región. Los medios aseguraron que el cuerpo del guerrillero fue hallado por soldados del ejército junto a su compañera sentimental, alias Patricia. Según la edición digital del diario El Tiempo, altas fuentes militares, de la Policía y la Fiscalía confirmaron que el cadáver de Cano fue localizado tras el bombardeo en el poblado de Chirriadero, en el municipio de Miranda. Un militar indicó que el cuerpo del rebelde sería llevado de inmediato a Popayán, capital del Cauca, pero no ofreció otros detalles de inmediato. Una nueva pérdida La desaparición del comandante rebelde, de 63 años, se constituye en un nuevo golpe militar y político para las FARC, que en los últimos años perdió a varios de sus históricos e influyentes dirigentes, en medio de una ofensiva de las Fuerzas Armadas con el apoyo de Estados Unidos. Cano asumió como máximo líder del secretariado, el órgano de dirección político y militar de las FARC, desde mayo de 2008, después de la muerte, por un ataque al corazón, de Manuel Marulanda Vélez, alias Tirofijo. En marzo de ese mismo año, un bombardeo de las fuerzas militares colombianas sobre una zona selvática de Ecuador acabó con la vida de Luis Édgar Devia, o Raúl Reyes, considerado el segundo hombre en importancia de las FARC y su portavoz internacional. El operativo ocasionó una crisis entre Bogotá y Quito y en la que se involucró Venezuela, por haberse realizado sin el permiso del presidente ecuatoriano, Rafael Correa. Las FARC fueron golpeadas nuevamente en septiembre de 2010, cuando Jorge Briceño, el Mono Jojoy, considerado el líder militar de las FARC y acusado de haber dirigido decenas de ataques a poblaciones y cuarteles de las Fuerzas Armadas, murió en otro bombardeo, en una zona selvática del sur del país. Apenas darse a conocer la noticia de la muerte de Cano, el ex presidente colombiano Andrés Pastrana, quien durante su administración estuvo sentado junto al líder rebelde durante la llamada “zona de distensión” en el municipio del Cagüán, aseguró que ahora que las FARC han perdido a sus cabecillas, deberían pensar seriamente a sentarse a negociar con el gobierno. Cano, un hombre de barba espesa y gafas visto como representante del ala intelectual de las FARC, envió varios mensajes en videos a Santos, quien asumió la presidencia el 7 de agosto del 2010, para sentarse a dialogar. Sin embargo, el gobierno sostenía que las FARC debían dar muestras concretas de paz, como liberar a todos los secuestrados, antes de eventuales diálogos. La muerte del rebelde podría no marcar el fin de las FARC. La guerrilla tiene suficiente comandantes de nivel medio para realizar ataques de gran impacto. Funcionarios colombianos han dicho en el pasado que dos comandantes de las FARC, Iván Márquez y Timoleón Jiménez, se esconden en Venezuela. El Universal, 5 de noviembre.

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