Ninguno levantó la mano del otro

Era la concentración de las izquierdas y del movimiento ciudadano, pero todo se concentraba en dos personajes. Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador prácticamente estuvieron solos en la conferencia para dar a conocer los resultados de la encuesta. Estuvieron ausentes todos los líderes de las corrientes de izquierda, de los otros partidos. La ausencia fue deliberada, dicen, para que pudieran mostrar que era un acuerdo entre dos. Estuvieron ausentes los funcionarios del gabinete del gobierno capitalino, pero no así sus secretarios particulares, jefes de prensa y otros funcionarios, quienes llenaron la sala. Los precandidatos se rodearon de su gente de confianza. René Cervera a la derecha de Marcelo y Octavio Romero por parte de Andrés Manuel. El único político que buscaba una figura neutral y que estuvo presente fue Manuel Camacho, como dirigente del Dia, que entró con ellos, y que apareció en las pocas fotos que hay de ambos líderes juntos y sonrientes. Iniciaron los resultados de las encuestas y se desglosaron las preguntas, con victorias en las dos primeras (pero insuficientes) para el jefe de gobiero, quien contrario a lo que se esperaba se mostró sereno, incluso sonrió en más de una ocasión. Sonrió al momento de ser nombrado como uno de los políticos con menos rechazo, evaluación que a López Obrador lo revolvió molesto en su silla. Pero sin mayores aspavientos. Los resultados siguieron, las diferencias no sobrepasaron el 18 por ciento para favorecer a ninguno. Pero de cinco, tres tantos fueron para el tabasqueño y con eso bastó para que Ebrard tomara el micrófono e hiciera gala de civilidad política. Andrés Manuel se mantuvo serio y distante, incluso salió aprisa, con la intención, dijeron sus colaboradores, que la atención se centrara en el que se convirtió el hombre del momento, “por su estatura política”. “Cumplo y acato los resultados de las encuestas, cumplo lo que he dicho”, dijo. “Hoy le soy leal” a la causa, por encima de la vanidad, dijo Ebrard como parte de su discurso. De igual forma, el titular del Gobierno capitalino negó convertirse en el jefe de campaña de Andrés Manuel y aseguró que continuará su labor en el Distrito Federal. Sin embargo no todo quedó terso. Las poses para las fotografías y los videos que darían constancia del compromiso de Ebrard no obtuvieron lo que se buscaba. Que uno levantara la mano del otro. Argumentaron desde asuntos legales hasta candidaturas adelantadas, pero lo cierto es que ninguno se atrevió a tomar la iniciativa y la foto se pospuso. Miriam Castillo, Milenio, 16 de noviembre.

0 Responses to "Ninguno levantó la mano del otro"