“Si gana Josefina, adiós al bajo perfil”

Aunque se define sociable y extrovertido, ha optado por la discreción. Como pareja de una figura pública, ha permanecido lejos de la política y los medios, pero acepta que no siempre será así. Sergio Ocampo, esposo de Josefina Vázquez Mota, habla de su formación y de su trayectoria en las áreas de la informática y las ventas. Adelanta que si ella consigue la candidatura presidencial del PAN deberá replantearse su vida, porque “va a haber un momento en que no será fácil”. Confiado en que su esposa será la primera presidenta de México, está dispuesto a seguirla y a dejar atrás el bajo perfil. ¿Cuáles son sus orígenes y su formación? Nací aquí en México, cerca de la colonia Clavería. De orígenes, podemos decir que de una familia de clase media. Estudié hasta que terminé mi carrera en escuelas públicas y empecé una maestría que no terminé. Tengo dos títulos, uno en Informática y uno de técnico en programación en el bachillerato, estamos hablando de 1975, 76… Fue justamente ahí donde conoció a su esposa, ¿cierto? Exactamente, fue en la vocacional. ¿Y su formación básica? ¿Primaria, secundaria? Todo fue en escuelas públicas hasta la licenciatura. La escuela primaria fue ahí en la colonia Tacuba, la secundaria en la colonia Popular, en Azcapotzalco, y luego la vocacional que está en la colonia Popotla, cerca del Colegio Militar. ¿Su familia es numerosa? ¿Tiene hermanos? Soy el menor de tres hermanos. Enrique, que es el mayor, luego sigue mi hermano Jorge y un servidor. Nos llevamos más o menos tres años entre cada uno. Y mis papás ya fallecieron. ¿Cómo se describiría? ¿Qué adjetivos se pondría? Soy bastante equilibrado, me gusta compartir con la gente y estar con la gente, y además creo que puedo platicar con cualquier tipo de gente. Extrovertido, creo que eso me describe. ¿Por qué decidió estudiar Informática? Esto viene a raíz de que estudié la vocacional. Estaba buscando una ingeniería y una de las mejores escuelas en el área de físico-matemáticas era la vocacional Juan de Dios Bátiz. Ahí empiezo a conocer los ancestros de la computación y la Informática, en ese entonces se llamaba así. Ya conociendo todo esto, salgo con un título de técnico en programación. Empiezo a trabajar en eso y entro a estudiar en la UPIICSA que es la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas del IPN. En ese momento, la Informática era considerada una “carrera del futuro”… Exactamente, y por eso me gustó. ¿En la escuela era aplicado, de 8, 9, 10? De ochos. No era el más hábil, pero tampoco el más burro de la escuela. Entrando a la universidad vi la necesidad de trabajar. Yo trabajaba en las mañanas, de ocho a cuatro de la tarde, más o menos. Después me iba a estudiar y regresaba a las 10, 11 de la noche a mi casa. Eso durante los cinco años de carrera. ¿Cómo fue su trayectoria en el campo laboral hasta convertirse en empresario? Trabajé en un despacho de asesoría en Informática y después de cuatro o cinco años, buscando otras opciones profesionales —ya teniendo el título— conocí a un amigo que trabajaba en una empresa de pintura. Entré a trabajar a esta empresa y estuve cuatro o cinco años desarrollando los sistemas de informática y de control de vendedores. Ahí es cuando decido incursionar en el área comercial. Manejaba a los vendedores en Acapulco, Zihuatanejo y el Distrito Federal. Sigo trabajando y después, por ahí de 1990, teniendo relación con la fábrica de pinturas Comex, ellos ponen una comercializadora de otros productos para autoservicios y ferreterías. Así empiezo a manejar toda una compañía, con otra estructura, con vendedores y personal administrativo. ¿Cómo fue su crecimiento como empresario? Ya con empresa propia, con otros socios, la gente de Comex nos ofrece manejar las tiendas de pintura en Chihuahua, estamos hablando de 1995. Me voy yo primero, mi señora se queda aquí en México y nos alcanza en 1996. Estuvimos abriendo negocios y nos iba bastante bien. La cuestión es que en ese entonces mi señora estaba dando pláticas, iba y regresaba, y sí era mucho estar viajando. En 2000 la invitan a la política, y estaba peor, las visitas se espaciaban y entonces decidimos dejar una gente allá y nos regresamos. Luego en 2003 dejamos completamente el negocio. ¿Actualmente a qué se dedica? En este momento yo manejo a nivel nacional el área comercial de trigo de Grupo Maseca. ¿Cuánto tiempo lleva en esa posición? Cuatro años. Al regresarnos de Chihuahua, me empleo en Maseca, después me ofrecen algo interesante en Casas Geo y me vuelven a retomar en Grupo Maseca. ¿Cómo es un día de actividad laboral? Son bastante variados. Viajo 3 o 4 días a la semana, de esos podemos decir que un día más o menos estoy en Monterrey, pero son de ida y vuelta. Puede que esté máximo dos días, pero normalmente viajo y regreso, voy a cualquier parte de la República a platicar con los clientes, a hacer negociaciones, a ver cuál es la situación de la zona. Salgo de mi casa a las 5 de la mañana y regreso a las 10, 11 de la noche. ¿Cómo empatar ese estilo de vida con su familia, considerando que su esposa también viaja frecuentemente? Esto viene de muchos años, nuestras hijas ya también son grandes, eso nos ayuda, son bastante responsables. Lo que sí tratamos es de por lo menos un día a la semana, que es el domingo, estar en familia, lo compartimos completamente, escuchamos a nuestras hijas y ellas también escuchan qué nos pasó en la semana y vemos qué se va a ofrecer para la siguiente. Es difícil, porque ellas tienen compromisos, pero no dejamos pasar un domingo sin que nos reunamos para comer, ir a misa, cosas así. ¿Cómo ha lidiado con la vida política de su esposa y cómo toma su búsqueda por la Presidencia? Estoy plenamente apoyando a mi señora y también le puedo decir que no solamente tiene posibilidades, sino creo que lo va a lograr, lo ha demostrado en todo lo que se ha propuesto. De nuestra parte, de toda la familia y no solamente mía, tiene nuestro apoyo y así lo hemos platicado. La hemos apoyado cuando ella nos necesita y no estarle estorbando, ¿verdad? Sino más bien dándole todo el apoyo. ¿Ha pensado en acompañarla a los mítines, en aumentar su visibilidad si es que consigue la candidatura? Ya está platicado y así lo haremos. La idea es apoyarla, de hecho le puedo decir que la hemos acompañado los fines de semana, este año en el Estado de México, el año pasado… Básicamente son los fines de semana cuando tanto mis hijas como yo podemos. Va a ser un hecho que cuando sea, tendremos que replantearnos todas nuestras vidas. No tenemos duda de eso, vamos a replantearnos cómo sería... ¿Pero pretende seguir trabajando en lo suyo? Hasta donde se pueda. Yo creo que va a haber un momento en que no será fácil. Javier Vega, Milenio, 1º de noviembre.

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