Advierten gremios voto de castigo

La marcha de obreros y campesinos, que afectó el tráfico en el Centro de la Ciudad de México por más de seis horas, culminó con el llamado a un voto de castigo al PAN y el PRI.

"No podemos continuar con una política económica que cada día empobrece a los mexicanos, con la realización de infraestructura, como la Estela de Luz, mientras México se muere de hambre. No podemos seguir con estas tibias políticas de empobrecimiento.

"En julio próximo se ve la oportunidad de que en México haya un cambio. Por un pueblo sin hambre, con vivienda y educación, hay que cambiar el rumbo económico de este País, ni un voto al PAN, ni un voto al PRI", dijo Agustín Rodríguez, líder del STUNAM, a nombre del "Movimiento por la Soberanía Alimentaria y Energética, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas".

En su discurso, Rodríguez expresó que en la actualidad los sueldos de la clase obrera son muy bajos y el alza a los productos básicos, muy elevados.

Max Correa, líder de la Central Campesina Cardenista, dijo a nombre de los ejidatarios que el País atraviesa por una crisis alimentaria y que cada vez depende más de los granos importados.

"Con las heladas, sequías e inundaciones, México ha perdido el 50 por ciento de la cosecha y miles de cabezas de ganado. México ya depende del exterior para alimentar a su pueblo, México tiene hambre y hay millones de desempleados.

"Y esto gracias a 30 años de neoliberalismo, incluidos los más de 10 años de un gobierno de derecha. Debemos poner un hasta aquí al neoliberalismo del PAN y del PRI de los últimos 30 años", manifestó Correa.

En el templete, figuraron líderes de más de 20 organizaciones sindicales y más de 30 campesinas de 24 estados del País, que abarrotaron el Zócalo capitalino.

Abajo, pilotos, labriegos, sindicalistas, estudiantes y obreros disfrutaban de las tlayudas de frijol con queso y nopales, de los tacos de canasta, los hot dogs, papas, elotes y chicharrones.

La marcha comenzó desorganizada. Los campesinos avanzaron primero y no al parejo como acordaron con sindicatos.

"Firma y nos vamos", planearon unos telefonistas que no tenían intención de marchar.

Otros, se tomaron fotografías en el Ángel de la Independencia, sobre la marcha y en el Zócalo, en grupo y por separado, entre risas y bromas.

Quien tomó en serio la marcha fue el capitán piloto aviador Gerardo Brand Ramírez, quien ha volado durante más de 20 años un Boeing 767 de Mexicana de Aviación. Consideró que este tipo de movimientos han generado diversas negociaciones y tiene la esperanza de volver a trabajar en esa empresa, declarada en quiebra.

"El juez que está llevando el concurso mercantil nos está informando que ya entraron 300 millones de dólares a un Fideicomiso, los que se necesitan para operar, y eso nos abre todas las expectativas para el reinicio de Mexicana", enfatizó.

Durante la marcha, miles de de trabajadores, campesinos y estudiantes, urgieron un nuevo modelo económico que les permita salir de la pobreza.

"El campo ya no da para más. Mis parcelas ya no sirven, por falta de agua y de interés del Gobierno para activar la agricultura", lamenta Abdón González, un campesino de San Luis Potosí.

"De norte a sur, de este a oeste, Mexicana volará, cueste lo que cueste", gritaron ex empleados de la aerolínea, quienes participaron en la movilización.

"Ni un voto al PAN", aludieron los del SME.

El capitán Fernando Perfecto, dirigente de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores, leyó el posicionamiento político del movimiento, que ya pocos escucharon, pues la lluvia hizo correr a los manifestantes. Fue el pretexto para escaparse de los líderes.


Benito Jiménez, Reforma, 1º de febrero.