Colombia es el mundo de la sinrazón

BUENOS AIRES.— En Colombia a Carlos Gaviria, jurista de 69 años, se le reconoce como un hombre sumamente racional y democrático. Fue senador y candidato a la Presidencia en el 2002; actualmente es el líder del centroizquierdista Polo Democrático (PD) y pasó por Buenos Aires para explicarle a la presidenta Cristina Kirchner, “la Colombia que (Álvaro) Uribe no explica”. En una entrevista con EL UNIVERSAL, se esperanza con un final de conflicto por la vía del diálogo pero admite que no ve cercano el final del gobierno “más reaccionario de toda la historia”.

La designación de Guillermo León Sáenz, alias Alfonso Cano, permite esperanzarse en un avance hacia un acuerdo humanitario. Sería muy importante, porque podrían ir avanzando y ejercitando el debate. Pero es difícil decir cuál va ser la actitud de las FARC, aún debilitadas, y del gobierno, convencido como está de que puede ganar la guerra.

Golpearlos más fuerte. El presidente vive convencido de que le conviene la guerra.

Mire cómo obstaculizó todas las veces que pudo el intercambio humanitario. En eso lo ayuda que todas las consecuencias negativas del conflicto se le atribuyen a las FARC, como los secuestros asesinatos, atentados todo, porque están políticamente muy desprestigiadas.

Es un esfuerzo desmesurado del gobierno de querer vincular a la izquierda democrática con las FARC y mostrar que esos vínculos eran similares a los del oficialismo con los “paras”. No hay posibilidad de que la izquierda democrática tenga contactos con la guerrilla.

Sí. Vivimos en un McCartismo. Hace dos años cuando competimos por la Presidencia, el presidente me tildó de guerrillero y terrorista. Y eso en una sociedad tan polarizada como la nuestra es muy peligroso.

No sólo por la presión militar sino por la descomposición que sufren en su interior y la muerte de Manuel Muñoz Ortiz, alias Iván Ríos (asesinado por su custodia), es un ejemplo claro. En este tipo de organizaciones, cuando se rompe la lealtad puede ser terrible.

Si uno trabajara con categorías racionales el fenómeno colombiano llegaría a esa conclusión. Pero Colombia es el mundo de la sinrazón. Las consecuencias de lo que sucede no se derivan lógicamente de lo que sucede, por eso yo no veo cercano ese final. El gobierno es el más reaccionario, más represivo y autoritario de la historia de Colombia, pero el más popular.

A muchos factores, pero le cito dos que pueden ser muy epidérmicos. Ningún presidente tuvo nunca una estrategia de propaganda como la de Uribe. Éste entendió que la estrategia de propaganda es esencial. Que un gobierno como este tenga contratados especialistas en guerra sucia es llamativo.

Creo que no han aprendido de eso y es clarísimo que fue un error. El país sacó una conclusión muy apresurada y equivocada: “el diálogo no sirve...” Cuando en realidad era un esquema absolutamente inepto, usado por (Andrés) Pastrana para ganar las elecciones. Desde entonces, las FARC han procedido con una torpeza extraordinaria.

Que trate de generar en el gobierno el sentimiento que dicen que abriga. El de terminar el conflicto por la vía política.

Muy difícil. Distinto sería si Uribe experimentase que la guerra está perdida. Pero él cree que hoy puede ganar la guerra.

En eso está muy equivocado también. Porque a pesar de lo golpeadas que están las FARC, el término del conflicto por la vía bélica está muy lejano aún. Va a costar todavía mucho en vidas, en dinero. En todo.

José Vales, corresponsal, El Universal, 28 de mayo.