‘Culichis’, con el temoren las entrañas

CULIACÁN, Sin.— Los patrones de vida y hábitos de muchos “culichis”, como se les denomina a los ciudadanos de esta ciudad, se empezaron a modificar paulatinamente. La creciente ola de violencia que afecta a esta capital, considerada la más cruenta en dos décadas, además de golpar los bolsillos de los habitantes, les infunde temor para caminar por calles y transitar por caminos rurales, sobre todo por las noches.

Con dos hijos estudiantes, uno en secundaria y el otro en bachillerato, Clemente Corrales Sandoval, un vendedor de nieve de garrafa, relata que su ingreso promedio de hasta 200 pesos diarios en época de calor, se ha visto menguado por la fata aún más de los que a diario le compraban.

La ola de asesinatos y la sicósis desatada a causa de falsas versiones en relación con que han colocado bombas aquí y allá, afectan la actividad comercial de Corrales Sandoval. Sus principales clientes, estudiantes de primaria de colegios privados ubicados en los fraccionamientos las Quintas y Campiña, ya no consumen su nieve como antes, porque los padres de familia pasan a recogerlos en forma precipitada, narró al ser entrevistado por EL UNIVERSAL.

“Sí siento miedo a ser víctima de una bala pérdida, pero tengo que trabajar, aunque ahora, buscare reducir el horario de mi recorrido, para llegar más temprano a mi hogar”, añade el comerciante.

Optan por recorridos cortos

Pese a la cercanía de las primeras lluvias y la promoción que realizan los grandes comercios para ofertar materiales destinados a impermeabilizar los techos, las ventas están flojas en este sector. Las personas, por seguridad, evitan desplazarse a puntos lejanos de sus hogares, por lo que prefieren adquirir, a un costo más caro, los productores en negocios cercanos a sus casas.

Héctor Francisco Alcaraz, encargado de una tienda que expende pintura, explica que en su caso, ahora “evita salir a la calle en horas de la noche” y adoptar medidas preventivas en caso de percatarse de algún hecho delictivo.

Los horarios de venta de pinturas se mantendrán de las 9 de la mañana a las 6 de la tarde, según comenta. Sin embargo, establece que tendrán que instrumentar algún sistema de mercadotecnia para atraer a un mayor número de clientes y así vender.

A su vez, Víctor Zataráin Muñoz, un contratista, recomienda a su hija Martha, quien cursa una carrera profesional, evitar hacer mucha vida social al término de sus clases por la noche y retornar lo antes posible al hogar, en una populosa colonia del sur de la ciudad de Culiacán.

Dice que la seguridad de su familia es una de sus preocupacione, además de la falta de trabajo en la remodelación de residencias. Refiere así que la ola de violencia que se acentuó en las últimas semanas, provocó que ahora las familias se despreocupen por mantener en buenas condiciones sus inmuebles.

“Salgo a las seis de la mañana, para iniciar lo más temprano la obra, pero a las a las tres de la tarde suspendo toda actividad laboral, aun cuando a esa hora hay mucha luz”, comenta.

El contratista admite que en la noche, solo por una necesidad u urgencia acude a realizar algunas compras a un pequeño súper cercano a donde vive.
Nota de Javier Cabrera, El Universal, 14 de mayo.

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