El más longevo de todos

BUENOS AIRES.— Pedro Antonio Marín es el nombre con el que nació, hace 77 años, en Génova —un paraje rural del Departamento de Quindío—, el guerrillero más longevo del mundo. El mismo que se hizo llamar Manuel Marulanda en la clandestinidad de sus primeras incursiones armadas. El apodo de Tirofijo, con el que todos lo distinguen, surgió en 1964, años después de las revueltas civiles entre liberales y conservadores, y del Bogotazo, del que participó. “Donde ponía el ojo, ponía la bala”, aseguran sus biógrafos.
A la distancia histórica, se observa que esa intervención en los sucesos de 1948, que le costaron la vida a Jorge Eliécer Gaitán, habría sido la única vez en la que Tirofijo estuvo del bando de los “buenos”. Al menos así juzgan los libros de este convulsionado país la figura de Gaitán y el accionar de las FARC.

Aquel asesinato privó a Colombia de una etapa política que en otros países de la región fue de ascenso social (conocida como la de “los populismos”). Entonces, frente a la falta de canales de participación y con el poder en manos de las familias de la élite, un grupo de campesinos militantes liberales se vio impulsado a acercarse al comunismo agrario.

Antes de fundar a las FARC, el 27 de mayo de 1964, comenzó la Operación Marquetalia del presidente Guillermo León Valencia, una gigantesca acción militar para derrotar movimientos de autodefensa del centro oeste y sur del país. Allí Tirofijo y menos de medio centenar de hombres resistieron la embestida de bombardeos y un impresionante cerco militar. Se le dio por muerto, y no sería la única vez. Pero siempre “resucitó”.

Tirofijo, que ha sido, además de guerrillero, campesino, carnicero, leñador, tendero y panadero, se casó en dos oportunidades. Se le conocen al menos siete hijos, entre ellos Olga Marín, a su vez esposa de Raúl Reyes, otro de los líderes de las FARC, abatido el 1 de marzo.

Marulanda fue visto con vida por última vez en 2002, poco antes de la ruptura de las negociaciones de paz con el gobierno de Andrés Pastrana.

Desde entonces, poco se supo de él. Las informaciones más veraces, allá por septiembre pasado, hablaban de un cáncer de próstata que le dificultaba desplazarse. Incluso se llegó a hablar de una pelea por su sucesión en la cúpula insurgente.

Fue dado por muerto en diversas ocasiones. La última, en 2005. Ahora, el gobierno dice que su deceso se produjo el pasado 26 de marzo, por causas que se desconocen. Como tampoco se sabe si con Marín morirá también su leyenda y su obra más acabada: las FARC.

José Vales, El Universal, 25 de mayo.