El púgil amarillo se lleva primer round

Con la mano derecha en alto, Germán Martínez Cázares se encarga de retar al adversario. Invoca a Andrés Manuel López Obrador y llama a sus huestes en el patio central de la vieja casona de Xicoténcatl: les pide subirse al ring de pelea.

Día uno en el debate de la reforma energética. No han pasado 20 minutos, la campana apenas ha sonado y las viejas disputas ya afloraron.

“¡Desde ese vacío sólo se ha escuchado un eco de resentimiento por la derrota electoral de 2006!”, acusa Martínez Cázares, hombre de todas las confianzas del Presidente y encargado de sacar la cara por el blanquiazul en este combate.

Es el primer round, pero el PAN abre fuego con su artillería pesada. En el Senado retumban los adjetivos: el líder panista se va con todo encima del icono del perredismo. No menciona nombres, pero no hace falta. A leguas se sabe el destinatario.

Jab, jab y un upper. Martínez Cázares al abordaje: “Falsos nacionalistas”, uno. “Pontífices del petróleo”, dos. “Verdadera amenaza privatizadora”, tres. “Traidores de Pemex”, cuatro. “Ideología que inventa fantasías”, cinco.

El patio central del Senado alberga a un centenar de espectadores y 10 polemistas, algunos verdaderos pesos pesados. La jornada del martes 13 promete una buena pelea.

“Deberían llamarle Kid Martínez”, deplora Guadalupe Acosta Naranjo, presidente interino del PRD, uno de los perredistas que presencia de cerca el juego de piernas del tribuno michoacano. “El verdadero ayatola petrolero es él”, dice.

Se le suma Porfirio Muñoz Ledo. “¡Qué pobreza de argumentos! El PAN carece de propuesta, de recursos”, dice el perredista, uno de tantos espectadores del primer episodio de la pelea de campeonato que sigue su curso.

El presidente del PAN ha mantenido férrea la defensa de la iniciativa calderonista. Por sorteo, es designado primer orador. A fuego y flama embiste contra los críticos del proyecto. “¡Pemex no debe ser rehén ni botín de nadie!”, reitera.

La campana de los 30 minutos le obliga a ir a su esquina.


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A Martínez Cázares le sigue Beatriz Paredes. La dirigente del PRI asume el camino del medio. Tras la estridencia del panista, opta por no arrancar con una lluvia de golpes, pero mantiene la guardia en alto: pide reformar sin cambiar el marco jurídico; modificar pero mantener la soberanía intacta.

“Ni reforma al artículo 27 ni privatización abierta o simulada”, sentencia la tlaxcalteca, única mujer en una mesa que congrega a una decena de oradores.

Ajena a la pugna entre azules y amarillos, Paredes reclama dar voz al sindicato petrolero. Rodea a los adversarios, los mantiene a distancia con la izquierda en alto: “No vamos a caer en un falso debate que ponga a pelear a los mexicanos”, dice para arrancar aplausos, pero de su esquina (Manlio Fabio Beltrones y Francisco Labastida Ochoa) no hay palmas.


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Cuauhtémoc Cárdenas compra el reto de Martínez Cázares. Acusa al gobierno y al dirigente del blanquiazul de elaborar un diagnóstico falaz y alarmista: una situación que exige una reforma inmediata o se perdera el país.

“La propuesta del Ejecutivo no plantea reformas la Constitución, simplemente alienta su violación”, revira. Gancho al hígado, seguido de varias preguntas al panista que no serán contestadas.

El perredista guarda para el terreno corto, el de fajador, sus golpes a la mandíbula. Cuestiona a líder blanquiazul: ¿De dónde saca que se requieren 85 mil millones de dólares para modernizar Pemex en los 20 años siguientes?

“Si la aritmética no me falla, estamos hablando de 4 mil 250 millones de dólares por año, una cantidad perfectamente accesible. ¿O está pensando que esos 85 mil millones deben ser créditos que impongan deuda a la nación?”

Cárdenas pide también que explique su prisa por abrir Pemex. Martínez Cázares no responde. Baja la guardia y prefiere bañar de elogios al perredista:

“Quiero aprovechar el conocimiento que tiene del tema (...) y nuestro reconocimiento desde el PAN”, atina a decir el michoacano, ya en las cuerdas.

El panista abandona la pelea tres horas antes del campanazo final. Deja el Senado para atender “compromisos adquiridos”. Sale por la puerta lateral y dice: “Mañana lo leo (la parte final del debate) en los periódicos”.

Hasta el final del día el PAN se quedará acéfalo en su defensa. La campana suena. Primer round para el de pantalón amarillo.
Crónica de Vïctor Hugo Michel, Milenio, 14 de mayo.

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