“El plan actual desmembraría a Pemex” : Juan Castaingts Teillery

Es doctor en ciencias económicas por la Universidad de París
Juan Castaingts Teillery es investigador titular en el Departamento de Economía y del doctorado en antropología de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa. También es doctor en ciencias económicas por la Universidad de París. Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y ha escrito los libros Los sistemas comerciales y financieros en la triada excluyente, editado por Plaza y Valdés, y Simbolismos del dinero”, por la editorial Anthropos. Dirige el doctorado de antropología y coordina la maestría y el doctorado en economía social de la UAM.

“La parestatal no se privatizaría, pero sí la actividad petrolera”
De entrada aclara: “No es una reforma al sistema energético, es una reforma al sistema petrolero... la energía es un asunto mucho más vasto”. Apunta que, aunque la iniciativa del gobierno federal no lo dice explícitamente, se busca privatizar la actividad petrolera: construcción de refinerías y ductos, la comercialización y petroquímica de todos los niveles quedará abierta, “total y absolutamente”, al sector privado. “Cuando se dice que no se va a vender ningún clavo o tornillo de Pemex, es cierto; la paraestatal no se está privatizando, la actividad petrolera sí”, explica.

El investigador por la Universidad Autónoma Metropolitana explica que la actual iniciativa enviada por el Ejecutivo a las cámaras de Diputados y Senadores consiste en abrir las posibilidades de inversión del sector privado en todo lo que no signifique extracción y venta de petróleo. “Todo lo demás queda abierto si se aprueba la reforma. Todo lo que gira alrededor del valor agregado, después del crudo, quedaría con posibilidades de estar en manos privadas”, apunta.
Castaingts Teillery platica que de esta forma Pemex se concentraría en la extracción y el resto —ductos, transformación del gas, refinerías, petroquímica— quedaría en manos privadas, a pesar de que la paraestatal tiene las condiciones tecnológicas para estas actividades.
— ¿Si Pemex tiene las condiciones por qué no lo hace?
— Ésa es la pregunta que nos hacemos todos. El gobierno dice que porque no hay dinero, ésa es la explicación que da el gobierno en su diagnóstico; muy deficiente por cierto, ya que nos dicen que no ha habido refinería, pero no nos dicen por qué.
“Que Pemex es una empresa con grandes problemas y degradaciones, no hay duda, la duda es dónde se originó esto...”, afirma.
Por ello expresa que tienen razón aquellos que hablan de la privatización de Pemex, aunque sostiene: en principio no es malo que vengan empresas privadas, incluso extranjera, a invertir en la paraestatal: “...todo depende de cómo. En las actuales condiciones la entrada de empresa extranjeras es profundamente desfavorable porque se apropian de todo el valor agregado y le dejan a Pemex solamente la renta de extracción”, señala.
El investigador explica que la entrada de esas empresas ayudaría a construir más refinerías: “Se llevarían la parte gruesa de la renta petrolera correspondiente al valor agregado de la producción de Pemex”, resalta.
Por eso, advierte, la iniciativa de reforma del gobierno no es el mejor plan, aunque señala un hecho: “La situación petrolera no puede quedarse como está, lo que se requiere es una buena administración y que a partir del petróleo se configuren estrategias de crecimiento que impulsen el resto de la economía”.
Hace hincapié en la necesidad de que Pemex no deje de ser empresa pública que pueda asociarse con empresas privadas, pero con una estrategia que impulse la economía.
El profesor de la UAM advierte que con la actual iniciativa se desmembraría la paraestatal, en la cual cada parte establecería relaciones con grandes compañías multinacionales. “Ahí Pemex, sin vender un fierro, quedaría privatizada en los hechos por la relación de dominio que los grandes conglomerados ejercerían con cada una de las partes”, alerta.
— ¿La idea que nos ha vendido el gobierno es catastrofista con respecto a Pemex?
— Sí y no. Sí porque es exagerada; no porque sí refleja una realidad. Efectivamente las reservas actuales duran poco tiempo; necesitamos más reservas y si no se hacen inversiones Pemex tendrá más problemas económicos en el corto plazo. En ese sentido el gobierno tiene razón, pero la paraestatal no está así por azar. No le invirtieron, dejaron que todo quedara en el aire.
Declara categórico que hace 20 años Pemex contaba con la tecnología para tener las refinerías necesarias. “Dejaron las refinerías degradarse... Pemex ha sido dirigido en toda la época pésimamente; Pemex necesita una gran reforma, pero no es la que nos proponen”, subraya.
En este sentido el especialista manifiesta que existe una responsabilidad compartida, que va desde los sucesivos gobiernos priistas y panistas, pasando por el sindicato, hasta llegar a la izquierda mexicana.
“Nos tienen que presentar una alternativa (la izquierda). No es criticar por criticar, necesitamos alternativas de acción sobre Pemex”, recalca.
Castaingts Teillery hace hincapié en el peligro de dejar el petróleo en manos de extranjeros y recuerda al antropólogo Richard Adams (estudioso del poder): “ (Adams) dice quien domina las fuentes de energía domina el poder de una nación... el Estado mexicano ha tenido todavía un cierto grado de autonomía frente al extranjero y el capital privado porque tiene, aunque cada vez menos, el dominio de la energía eléctrica y petrolera”.
Y hace la pregunta: “¿quítele ese dominio y qué queda? Necesitamos un Estado fuerte, pero hay que olvidar la vieja dicotomía de que mercado fuerte implica gobierno y Estado débil. Necesitamos mercado y Estado fuerte y hay que agregar algo que tampoco tenemos: una sociedad civil fuerte”.
“Todo esto se refleja en lo que está pasando con Pemex. Si queda desarticulado con contratos con grandes compañías, sin el gran valor agregado que es la extracción del petróleo, ¿dónde está nuestra soberanía?, ¿dónde está nuestro poder político?”, subraya. Por todo esto, añade, no conviene el proyecto de iniciativa de Los Pinos.
— ¿Cómo nos iría en caso de aprobarse la iniciativa?
— Muy mal —responde de inmediato—. Luego continúa: se destruirían símbolos clave de la nación; Pemex, uno de ellos.
Como antropólogo expone: “Entraríamos a lo que se considera como anomia (sin norma), que es una palabra de Emily Durkheim. Cuando se pierde el cimiento social, vienen la condición de anomia y la autodestrucción de la sociedad”.
— Pero vamos a participar con bonos, se le recuerda.
— Ahí tengo una opinión especial. No exageremos ni la ventaja positiva ni la negativa. No es la primera vez que existe en México. Aquí hay dos visiones que no comparto: la del gobierno que dice que es la gran maravilla y todos vamos a entrarle con un pedacito de renta petrolera; eso es completamente falso y demagógica. Y la contraria, que dice que a través de esos bonos se va a privatizar Pemex.
El profesor recuerda los petrobonos que salieron “allá por la época de los años 70 y no pasó nada”.
“El gobierno exagera diciendo que el pueblo va a recibir muchos beneficios. ¡Mentira!: va a recibir algunos beneficios alguna parte del pueblo y la oposición exagera diciendo que Pemex se va a privatizar, ¡tampoco es cierto! Todo organismo que actúa económicamente necesita dinero, necesita emitir títulos; sin crédito no funciona, el que los mexicanos seamos los poseedores de esos títulos. Aunque algunos se concentren, pero hay que poner leyes para evitar el caso, que la situación actual, que son puros pidiregas, cuyo costo es más elevado que el de los Cetes”, explica.
Otra de las falacias que el gobierno ha dicho es que se necesita con urgencia ir a aguas profundas para salvar Pemex, dice. “¡Cuidado!, no necesitamos ir a aguas profundas tan rápidamente”.
— ¿Hay suficiencia con las aguas someras?
— He escuchado a los técnicos petroleros y señalan que con las aguas someras y con información de Pemex fundamentada señalan que con las aguas someras y con lo que podemos trabajar y encontrar de los viejos pozos que ya existen se puede sacar bastante.
— ¿Pasará esta iniciativa?
— Creo que sí, por una razón muy simple. Como no es una reforma constitucional, con la mitad más uno pasa; entonces con la parte del PRI que ya está de acuerdo en ambas cámaras pasará.
Advierte: “Habrá un periodo pequeño de cierto auge, va a llegar dinero efectivamente, dos o tres años de un relativo auge y luego la realidad de una crisis fuerte”.
Entrevista de Olivier Pavón, Crónica, 13 de mayo.

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