La dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Beatriz Paredes, dijo que el deterioro de Pemex y su falta de capacidad para reposicionarse en el mercado internacional petrolero no fue responsabilidad de los priístas.
"Con la conducción de gobiernos priístas, Pemex se convirtió en una de las empresas paraestatales de rango internacional de mayor jerarquía en el orbe; se desarrolló una ingeniería petrolera y se posicionó al Instituto Mexicano del Petróleo como centro de excelencia en la formación de especialistas".
Durante años, añadió, hemos insistido en no realizar ninguna privatización en el sector, por lo que afirmó que actualmente "no se permitirá la privatización, ni directa ni simulada, de las refinerías en el país".
Planteó tres puntos fundamentales, una de ellos es que la construcción de nuevas refinerías y la modernización de las plantas existentes se podría realizar con dinero de los excedentes petroleros, el ahorro de las Afores y los bonos en los que participe la ciudadanía.
Otra es que "se detallen las prohibiciones y restricciones para evitar la entrega del patrimonio a los contratistas", ya que el esquema de contratación a terceros que se plantea en las iniciativas de reforma es confusa, oscura y se presta a interpretaciones discrecionales.
Y tres, la legisladora propuso despetrolizar las finanzas públicas sin descuidar el gasto social, ni las participaciones a los estados, ni los gastos de inversión en infraestructura, estableciendo un nuevo régimen fiscal que obtenga la máxima renta petrolera y no afecte la rentabilidad de Pemex.
"Con la conducción de gobiernos priístas, Pemex se convirtió en una de las empresas paraestatales de rango internacional de mayor jerarquía en el orbe; se desarrolló una ingeniería petrolera y se posicionó al Instituto Mexicano del Petróleo como centro de excelencia en la formación de especialistas".
Durante años, añadió, hemos insistido en no realizar ninguna privatización en el sector, por lo que afirmó que actualmente "no se permitirá la privatización, ni directa ni simulada, de las refinerías en el país".
Planteó tres puntos fundamentales, una de ellos es que la construcción de nuevas refinerías y la modernización de las plantas existentes se podría realizar con dinero de los excedentes petroleros, el ahorro de las Afores y los bonos en los que participe la ciudadanía.
Otra es que "se detallen las prohibiciones y restricciones para evitar la entrega del patrimonio a los contratistas", ya que el esquema de contratación a terceros que se plantea en las iniciativas de reforma es confusa, oscura y se presta a interpretaciones discrecionales.
Y tres, la legisladora propuso despetrolizar las finanzas públicas sin descuidar el gasto social, ni las participaciones a los estados, ni los gastos de inversión en infraestructura, estableciendo un nuevo régimen fiscal que obtenga la máxima renta petrolera y no afecte la rentabilidad de Pemex.
Nota de Margarita Palma y Mauricio Rubí, El Economista, 14 de mayo.
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