Especialistas piden al gobierno fragmentar los grandes cárteles para que sean menos violentos

Ante la embestida del crimen organizado, el Gobierno federal debe fragmentar los grandes cárteles para que sean menos violentos, atacar su sistema financiero y fortalecer las medidas de seguridad a funcionarios, señalaron los especialistas en seguridad y narcotráfico Jorge Chabat, José Luis Piñeyro, María Elena Morera y José Luis Musi.
Chabat, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), expresó que el gran reto que tiene el Gobierno del presidente Felipe Calderón es hacer que el narcotráfico pase de ser un problema de seguridad nacional a uno de seguridad pública, que pueda ser manejado por los cuerpos policíacos y que no tenga que usarse al Ejército para su combate.
"El narcotráfico no va a desaparecer, pero lo ideal es que deje de generar amenaza a la estabilidad y a la gobernabilidad, para ser un delito más. Y para ello debe fortalecer las instituciones, hacer reformas legales, como la del sistema penitenciario, y atender a las policías municipales y estatales, que forman parte del entorno en el que se mueve la delincuencia organizada", expresó.
El doctor en Asuntos Internacionales consideró que los grandes cárteles deben ser fragmentados, para que generen menores niveles de violencia.
Añadió que hablar de narcotráfico es hablar de corrupción, la cual es el arma más fuerte del crimen organizado, de ahí que controlarla y reducirla es otro gran reto del gobierno.
El Gobierno federal, opinó, debe mejorar los mecanismos de protección de funcionarios y ex funcionarios, por lo menos de los que están, o estuvieron, en la primera línea de fuego en contra del narco, ya que "el enemigo que se está enfrentando es muy poderoso y está dispuesto a todo".
José Luis Piñeyro, investigador de la UAM, señaló que el gran desafío de Calderón es mostrar, de manera contundente, que se quiere llegar a los altos mandos del crimen organizado.
"Que no solamente se atrapen narcos de mediana jerarquía y algunos capos, sino que se llegue a los señores del dinero, los personajes empresariales o políticos que estén coludidos con el narcotráfico en el lavado de dinero; hay que llegar a los cerebros financieros, porque es una parte importante en la reproducción del narcotráfico. No basta atacar la cadena de producción, distribución y consumo, sino también hay que atacar la cadena financiera", expresó.
Ante la corrupción que realiza el crimen organizado, Piñeyro indicó que se deben promover incentivos de carácter moral entre los elementos policiacos, y resaltó que ningún Estado del mundo puede competir contra los "salarios" del narcotráfico, pues éste siempre podrá pagar más.
Señaló que la estrategia anticriminal en México necesita tres tácticas: campañas de rehabilitación de adictos; campañas de prevención del consumo de drogas y promoción de la participación social.
María Elena Morera, presidenta de México Unido contra la Delincuencia, expresó que el presidente Calderón tiene dos retos: uno, establecer una política de Estado en la que la gente asuma que no debe consumir drogas y, otro, "pegarle" a las finanzas de los cárteles.
"Si no le pegan a la economía (de los narcotraficantes) difícilmente los van a poder acotar. Si sólo le pegan a los altos mandos, pero no a la economía, lo único que pasa es que cambian de gerente. Hay que romper la estructura financiera de los grupos de narcotraficantes haciendo un trabajo de inteligencia, ver hacia dónde mueven el dinero, cómo lo están lavando y a qué empresas se va ese dinero", enfatizó.
Frente a la corrupción que promueve el narco, el Gobierno debe fortalecer la moral y el compromiso de los policías, dijo Morera.
José Luis Musi, criminólogo, especialista en sistemas penitenciarios, señaló que el Gobierno no se puede poner el reto de acabar con el narcotráfico, ya que es algo que no se ha logrado en ningún país del mundo, pero sí puede, a través de los servicios de inteligencia, lograr una mayor efectividad en la labor de seguridad y menor penetración de la criminalidad en las corporaciones policiacas.
Los militares involucrados en el combate al crimen organizado, dijo, deben ser capacitados en materia de inteligencia, técnica, táctica y estrategias policiales, para evitar, incluso, la muerte de gente inocente.
Al crimen organizado, remarcó Musi, no le interesa sustituir al gobierno como función política o poder público, "sino lo que les interesa es usar el poder público para sus metas y objetivos, que se pueden encuadrar en un común denominador: la ambición ilimitada del dinero y el poder que éste produce".

Nota de Blanca Estela Botello, Crónica, 15 de mayo.