Indignación y miedo en Zacatecas

VILLA DE COS, Zac.— Una carrera clandestina en el carril Los Alamitos, a la entrada de la cabecera municipal y a unos cuantos kilómetros de la carretera a Saltillo, Coahuila, desencadenó la tragedia. Eran casi las 10 de la noche del 6 de mayo. Alguien dio “el pitazo” de que se acercaba un convoy militar, lo que alertó a un grupo de sicarios —presumiblemente del cártel del Golfo— que participaba en las apuestas de caballos.
En seguida, unos 10 vehículos abandonaron apresurados el lugar. Pero ante la proximidad de los soldados, sus ocupantes desistieron de huir por la carretera federal y optaron por internarse en el pueblo.

A esa hora, según testimonios, muchos habitantes aún transitaban por las calles.

La reina de belleza del municipio, Alejandra Pérez del Río, y su novio, Edwin Castañeda López, se dirigían a pie a la casa de ella, tras comprar algo para cenar. Al dar vuelta en una esquina para cruzar a la calle que está sobre la entrada principal al poblado, la pareja se topó con el convoy de los sicarios. Éstos pasaron como relámpago, seguidos por varios vehículos militares.

Ante el estupor de ambos jóvenes, se originó la primer balacera entre sicarios y soldados. El fuego cruzado acabó con la vida de la pareja.

Entre los disparos, se oía además el rechinar de las llantas de los vehículos de los sujetos que chocaban entre sí al tratar de huir de las estrechas calles que circundan el jardín principal, la iglesia y el palacio municipal. Los transeúntes corrían sin rumbo fijo y los comerciantes, apresurados, cerraban sus negocios; otros pobladores protegían sus casas.

Omar Avelar, un menor de edad que se hallaba cerca de una paletería, fue herido por las balas. Y a la niña Noemí Pinales, quien estaba en la camioneta de sus padres, una bala le destrozó un riñón; murió.

Aun cuando la gente entró en shock, alcanzó a percatarse cómo cayeron abatidos varios sicarios. “Eran tres hombres y una mujer; también hubo soldados heridos, no sabemos si algunos murieron”, comentan pobladores.

Es “absurdo” pensar que en el tiroteo los únicos disparos certeros fueron los que mataron y lesionaron a los transeúntes, sostienen. Al huir, un auto de los mafiosos chocó con una protección tubular de la iglesia y otro quedó en la zona centro, según un reporte oficial de las autoridades estatales y federales.

Presumiblemente el resto del convoy huyó por la carretera a Canitas de Felipe Pescador que conecta con Fresnillo.

Los pobladores hablan de un tercer vehículo abandonado cerca del rancho La Borrega, a 12 kilómetros de la cabecera municipal.
Nota de Irma Mejía, corresponsal, El Universal, 16 de mayo.

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