Beatriz Paredes, presidenta nacional del PRI, planteó ayer la necesidad de construir una reforma energética integral y federalista, que garantice que Pemex no se privatice, y que se base en seis principios fundamentales, entre éstos mantener la propiedad de los hidrocarburos en poder de la nación, liberar a Petróleos Mexicanos de su crisis actual, y que la renta petrolera sea para los mexicanos.
Además, aseguró, Pemex tendrá que garantizar la seguridad energética y, a partir de dicha reforma, deberá lograr un mayor crecimiento económico y de empleos en el país, así como defender los intereses legítimos de la nación en sus reservas petroleras, frente a los riesgos que enfrenta en las zonas fronterizas, particularmente del Golfo de México.
Al participar en la apertura de los Foros de Debate sobre la Reforma Energética, la dirigente tricolor dejó en claro que el PRI no aceptará la privatización de Pemex, sea de manera abierta o encubierta, y tampoco cambios que impliquen compartir la renta del petróleo con particulares nacionales o extranjeros.
Advirtió que "los planteamientos que hacen las iniciativas del Ejecutivo en materia de contratos son oscuros, confusos y se prestan a interpretaciones discrecionales", por lo que instruyó a los legisladores de su partido a revisar ese capítulo, darle transparencia y ordenarlo.
Paredes Rangel echó a andar toda su experiencia y ofreció la ponencia más completa -por el cúmulo de propuestas y los conceptos históricos y políticos con que la sustentó-, de las que ayer se presentaron y de las cuales destacaron las del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y la del líder del PAN, Germán Martínez Cázares, por la agresividad de su discurso.
Advirtió que el PRI habrá de cuidar y garantizar que los recursos participables derivados de la renta petrolera "por ningún motivo se vean disminuidos", y agregó: "No vamos a caer en un falso debate; no es necesario sacrificar el gasto público para el desarrollo social, la inversión en infraestructura y fortalecer el federalismo, para destinar recursos crecientes a Pemex".
En este sentido, añadió que "hay suficientes recursos provenientes de los excedentes petroleros y de las condiciones macroeconómicas, como para que se invente un falso debate que ponga a los mexicanos a pelear por el erario que debe servir para el desarrollo nacional", subrayó.
Señaló que la debilidad de un Estado de derecho que debiera ser sólido frente a los poderes fácticos, la carencia de una adecuada capacidad regulatoria, y las experiencias sufridas con las privatizaciones anteriores, "aconsejan que una de las primeras acciones sea clarificar las relaciones entre quienes proponen la estrategia, los reguladores y los operadores del sistema energético en su conjunto".
Explicó que, por ello, el PRI propuso que la Secretaría de Energía cree una política sectorial que atienda la generación y consumo racional de todo tipo de energías, y que esa política sea regulada por un ente autónomo ajeno a los vaivenes políticos, cuya integración sea con consejeros de reconocida experiencia "y que no tengan conflicto de intereses".
La política tlaxcalteca admitió que durante muchos años los gobiernos del PRI "resistieron embates que pretendían la privatización de Pemex; el deseo de que los recursos del subsuelo pudieran privatizarse, es una constante que viene de varios lustros atrás y ha sido el priismo, sin manipulaciones ni estridencias, sin usos electoreros ni oportunismos, el que evitó que esas intenciones prosperaran", subrayó Paredes Rangel.
Consejeros. La presidenta del PRI reconoció que Pemex debe modernizarse, pero no sólo a través de una nueva ley orgánica que le otorgue autonomía de gestión financiera, sino que además debe ser gobernado por un Consejo de Administración al que se incorporen consejeros profesionales.
Y añadió que convertir a Pemex en una entidad competitiva, moderna y de clase mundial, significa dotarlo de recursos financieros suficientes; mejorar su capacidad de administración y ejecución, y otorgarle efectiva autonomía de gestión financiera mediante una clara flexibilidad operativa.
Correspondió a Beatriz Paredes intervenir en segundo lugar del programa, detrás del dirigente nacional panista, Germán Martínez Cázares, quien había dejado el ambiente sumamente tenso debido a que su ponencia la dedicó a asestar golpe tras golpe a Andrés Manuel López Obrador.
Además, aseguró, Pemex tendrá que garantizar la seguridad energética y, a partir de dicha reforma, deberá lograr un mayor crecimiento económico y de empleos en el país, así como defender los intereses legítimos de la nación en sus reservas petroleras, frente a los riesgos que enfrenta en las zonas fronterizas, particularmente del Golfo de México.
Al participar en la apertura de los Foros de Debate sobre la Reforma Energética, la dirigente tricolor dejó en claro que el PRI no aceptará la privatización de Pemex, sea de manera abierta o encubierta, y tampoco cambios que impliquen compartir la renta del petróleo con particulares nacionales o extranjeros.
Advirtió que "los planteamientos que hacen las iniciativas del Ejecutivo en materia de contratos son oscuros, confusos y se prestan a interpretaciones discrecionales", por lo que instruyó a los legisladores de su partido a revisar ese capítulo, darle transparencia y ordenarlo.
Paredes Rangel echó a andar toda su experiencia y ofreció la ponencia más completa -por el cúmulo de propuestas y los conceptos históricos y políticos con que la sustentó-, de las que ayer se presentaron y de las cuales destacaron las del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y la del líder del PAN, Germán Martínez Cázares, por la agresividad de su discurso.
Advirtió que el PRI habrá de cuidar y garantizar que los recursos participables derivados de la renta petrolera "por ningún motivo se vean disminuidos", y agregó: "No vamos a caer en un falso debate; no es necesario sacrificar el gasto público para el desarrollo social, la inversión en infraestructura y fortalecer el federalismo, para destinar recursos crecientes a Pemex".
En este sentido, añadió que "hay suficientes recursos provenientes de los excedentes petroleros y de las condiciones macroeconómicas, como para que se invente un falso debate que ponga a los mexicanos a pelear por el erario que debe servir para el desarrollo nacional", subrayó.
Señaló que la debilidad de un Estado de derecho que debiera ser sólido frente a los poderes fácticos, la carencia de una adecuada capacidad regulatoria, y las experiencias sufridas con las privatizaciones anteriores, "aconsejan que una de las primeras acciones sea clarificar las relaciones entre quienes proponen la estrategia, los reguladores y los operadores del sistema energético en su conjunto".
Explicó que, por ello, el PRI propuso que la Secretaría de Energía cree una política sectorial que atienda la generación y consumo racional de todo tipo de energías, y que esa política sea regulada por un ente autónomo ajeno a los vaivenes políticos, cuya integración sea con consejeros de reconocida experiencia "y que no tengan conflicto de intereses".
La política tlaxcalteca admitió que durante muchos años los gobiernos del PRI "resistieron embates que pretendían la privatización de Pemex; el deseo de que los recursos del subsuelo pudieran privatizarse, es una constante que viene de varios lustros atrás y ha sido el priismo, sin manipulaciones ni estridencias, sin usos electoreros ni oportunismos, el que evitó que esas intenciones prosperaran", subrayó Paredes Rangel.
Consejeros. La presidenta del PRI reconoció que Pemex debe modernizarse, pero no sólo a través de una nueva ley orgánica que le otorgue autonomía de gestión financiera, sino que además debe ser gobernado por un Consejo de Administración al que se incorporen consejeros profesionales.
Y añadió que convertir a Pemex en una entidad competitiva, moderna y de clase mundial, significa dotarlo de recursos financieros suficientes; mejorar su capacidad de administración y ejecución, y otorgarle efectiva autonomía de gestión financiera mediante una clara flexibilidad operativa.
Correspondió a Beatriz Paredes intervenir en segundo lugar del programa, detrás del dirigente nacional panista, Germán Martínez Cázares, quien había dejado el ambiente sumamente tenso debido a que su ponencia la dedicó a asestar golpe tras golpe a Andrés Manuel López Obrador.
Nota de Luciano Franco, Crónica, 14 de mayo.
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