BOGOTÁ (EFE).— El presidente colombiano, Álvaro Uribe, advirtió ayer que sólo la Cruz Roja Internacional y la Iglesia católica podrán mediar las liberaciones de rehenes de las FARC, y que su gobierno no va a permitir un “festín politiquero” del terrorismo en ese proceso.
“No vamos a permitir que la liberación de unos compatriotas secuestrados, que nunca debieron estar secuestrados, que han sido torturados durante una década o más, no vamos a permitir que esa liberación se convierta en un festín politiquero del terrorismo”, señaló Uribe.
Ese terrorismo “por un lado tortura y arroja sangre, y por el otro lado quiere aprovecharse de los medios de comunicación para engañar a los colombianos”, añadió el presidente, durante un consejo comunitario de gobierno que encabezó en la localidad de Facatativá, vecina a Bogotá.
Las advertencias fueron formuladas por Uribe en momentos en que se gestiona la logística para liberar al cabo Pablo Emilio Moncayo, tras más de 11 años de secuestro por las FARC.
Esa guerrilla anunció a mediados de abril la liberación unilateral del militar, hijo del “profesor Moncayo” (Gustavo) el “caminante de la paz”, y que es uno de los 22 canjeables en su poder, y pidió a la senadora opositora Piedad Córdoba preparar la logística para su entrega.
Por otro lado, el periodista José Everardo Aguilar que trabajaba en una estación de radio del suroeste de Colombia fue asesinado a balazos por un hombre y el gobierno ofreció el sábado una recompensa de 22 mil dólares por información que permita capturar a los responsables del crimen.
La muerte de Aguilar, de 72 años, se produjo el viernes en la noche en la residencia del periodista, ubicada en el municipio de Patía, en el departamento del Cauca.
En otro hecho, autoridades colombianas incautaron en el puerto de Buenaventura de 2.5 toneladas de cocaína que tenían como destino final México y que estaba camufladas en un cargamento de cacao, informó ayer una fuente oficial.
El Universal, 26 de abril.
“No vamos a permitir que la liberación de unos compatriotas secuestrados, que nunca debieron estar secuestrados, que han sido torturados durante una década o más, no vamos a permitir que esa liberación se convierta en un festín politiquero del terrorismo”, señaló Uribe.
Ese terrorismo “por un lado tortura y arroja sangre, y por el otro lado quiere aprovecharse de los medios de comunicación para engañar a los colombianos”, añadió el presidente, durante un consejo comunitario de gobierno que encabezó en la localidad de Facatativá, vecina a Bogotá.
Las advertencias fueron formuladas por Uribe en momentos en que se gestiona la logística para liberar al cabo Pablo Emilio Moncayo, tras más de 11 años de secuestro por las FARC.
Esa guerrilla anunció a mediados de abril la liberación unilateral del militar, hijo del “profesor Moncayo” (Gustavo) el “caminante de la paz”, y que es uno de los 22 canjeables en su poder, y pidió a la senadora opositora Piedad Córdoba preparar la logística para su entrega.
Por otro lado, el periodista José Everardo Aguilar que trabajaba en una estación de radio del suroeste de Colombia fue asesinado a balazos por un hombre y el gobierno ofreció el sábado una recompensa de 22 mil dólares por información que permita capturar a los responsables del crimen.
La muerte de Aguilar, de 72 años, se produjo el viernes en la noche en la residencia del periodista, ubicada en el municipio de Patía, en el departamento del Cauca.
En otro hecho, autoridades colombianas incautaron en el puerto de Buenaventura de 2.5 toneladas de cocaína que tenían como destino final México y que estaba camufladas en un cargamento de cacao, informó ayer una fuente oficial.
El Universal, 26 de abril.
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