El ex presidente de Colombia, César Gaviria, consideró que la estrategia antinarco de Estados Unidos fracasó, por lo que México debe adoptar una política diferente en la que, incluso, la lucha contra el crimen organizado no se sustente en la participación del Ejército.
En su opinión, el gobierno mexicano está obligado a poner más énfasis en tareas de inteligencia asignadas a un cuerpo de élite a nivel federal que se encargue de combatir a los narcotraficantes, pues de lo contrario se corre el riesgo de que el poder económico de los cárteles corrompa a los militares.
“Si esta lucha se sigue basando en el Ejército éste puede terminar corrompido, por ello su participación sólo debe ser transitoria y no permanente”, agregó.
Durante su participación en el foro Prensa, Estado y Crimen Organizado, Gaviria dijo que, sin abandonar la persecución de criminales, el presidente Felipe Calderón debe aplicar una estrategia en la que la prioridad sean los programas de prevención y atención de consumidores.
“Se tiene que tomar como ejemplo a algunos países europeos”, cuya política se basa principalmente en un sistema de salud que no abandona a los adictos y que inclusive les suministra droga como parte de su tratamiento, “con la ventaja de que los consumidores se pueden rehabilitar y no se convierten en delincuentes”.
Aunque destacó que el presidente Calderón asumió una política que no da tregua a los cárteles, ya que éstos habían adquirido un poderío que llegó a amenazar a la democracia y a las instituciones, señaló que su estrategia no deber ser sólo “prohibicionista” como sucede en territorio estadunidense.
El ex presidente colombiano indicó que a pesar de sus esfuerzos, EU ha tenido una fallida política antidrogas, en la que se ha privilegiado la inversión de millones de dólares en cárceles, jueces y policías, pero al mismo tiempo se han abandonado estrategias de prevención, tratamiento y otros aspectos que son importantes para reducir el consumo.
Dijo que en ese país hay más de medio millón de personas encarceladas por su presunta relación con el narcotráfico, cada una de las cuales representa un gasto promedio de 450 mil dólares. “A pesar de ello, el consumo no ha disminuido, recluir a los adictos es una política ridícula”, agregó.
Gaviria reconoció que parte de esta política se reflejó en el denominado Plan Colombia, del que consideró que no funcionó para terminar con la producción y tráfico de drogas, aun cuando en materia de seguridad resultó un instrumento eficaz para dar más protección a los colombianos, quienes sufrieron la ola de violencia desatada por Pablo Escobar, quien tuvo un poderío “brutal” frente al que llega a palidecer el mexicano Joaquín El Chapo Guzmán.
En su opinión, el gobierno mexicano está obligado a poner más énfasis en tareas de inteligencia asignadas a un cuerpo de élite a nivel federal que se encargue de combatir a los narcotraficantes, pues de lo contrario se corre el riesgo de que el poder económico de los cárteles corrompa a los militares.
“Si esta lucha se sigue basando en el Ejército éste puede terminar corrompido, por ello su participación sólo debe ser transitoria y no permanente”, agregó.
Durante su participación en el foro Prensa, Estado y Crimen Organizado, Gaviria dijo que, sin abandonar la persecución de criminales, el presidente Felipe Calderón debe aplicar una estrategia en la que la prioridad sean los programas de prevención y atención de consumidores.
“Se tiene que tomar como ejemplo a algunos países europeos”, cuya política se basa principalmente en un sistema de salud que no abandona a los adictos y que inclusive les suministra droga como parte de su tratamiento, “con la ventaja de que los consumidores se pueden rehabilitar y no se convierten en delincuentes”.
Aunque destacó que el presidente Calderón asumió una política que no da tregua a los cárteles, ya que éstos habían adquirido un poderío que llegó a amenazar a la democracia y a las instituciones, señaló que su estrategia no deber ser sólo “prohibicionista” como sucede en territorio estadunidense.
El ex presidente colombiano indicó que a pesar de sus esfuerzos, EU ha tenido una fallida política antidrogas, en la que se ha privilegiado la inversión de millones de dólares en cárceles, jueces y policías, pero al mismo tiempo se han abandonado estrategias de prevención, tratamiento y otros aspectos que son importantes para reducir el consumo.
Dijo que en ese país hay más de medio millón de personas encarceladas por su presunta relación con el narcotráfico, cada una de las cuales representa un gasto promedio de 450 mil dólares. “A pesar de ello, el consumo no ha disminuido, recluir a los adictos es una política ridícula”, agregó.
Gaviria reconoció que parte de esta política se reflejó en el denominado Plan Colombia, del que consideró que no funcionó para terminar con la producción y tráfico de drogas, aun cuando en materia de seguridad resultó un instrumento eficaz para dar más protección a los colombianos, quienes sufrieron la ola de violencia desatada por Pablo Escobar, quien tuvo un poderío “brutal” frente al que llega a palidecer el mexicano Joaquín El Chapo Guzmán.
Ignacio Alzaga, Milenio, 25 de abril.
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