'Es como el narco, nunca acabará'

"Esto es como el narcomenudeo, es ilegal y de todos modos se consigue droga. La piratería es igual, aunque se prohíba nunca se va a acabar", dice "Juan Carlos", uno de los líderes de Plaza Meave, quien también controla algunos comercios en las plazas Victoria y Uruguay.

Durante un recorrido de Grupo Reforma por diversas plazas del Centro Histórico de la Ciudad de México, ambulantes, locatarios y "coyotes" de software, coincidieron en que vender artículos piratas es ilegal; no obstante, afirmaron que es un trabajo y que la decisión de comprar está en el cliente.

"Ya está el nuevo programa Office 2010 y Windows", "¿Qué quieres, juegos o programas?", "Bara, bara, tengo todas las enciclopedias y traductores a mitad de precio", gritan sobre Eje Central y Uruguay.

La escena se repite frente a la Plaza de la Computación donde un comerciante asegura que las restricciones sobre piratería serán solventadas con dinero.

"Para eso tenemos líderes. Hemos enfrentado muchos problemas: que la 'camioneta', que las negociaciones para no estar en la calle, que en tales días no nos podemos poner, que las desbandadas de la Federal o de Hacienda para quitarnos la mercancía... y venos, estamos aquí trabajando", dice don Marco, quien desde hace 15 años vende libros piratas.

"Se les da una mordida a todos, Delegación y policías, con esta ley los legisladores van a elevar la corrupción", considera.

Sobre Eje 1 Norte, en la Lagunilla, lo que abunda es la ropa "pirata". Los locatarios aún desconocen la medida. Pero se perciben indiferentes.

"¿Cuántas veces han dicho lo mismo? No han hecho nada, a nadie le conviene tener tanta gente desempleda. Vendo originales si se comprometen a que el de enfrente también lo hace, si no nunca voy a vender", comenta don Alejandro, un vendedor de pantalones de mezclilla.

En Plaza del Carmen, los discos y las películas se venden hasta en 6 pesos al mayoreo. "Aquí han hecho como 5 operativos en más de 2 años. Los de la AFI vienen con los granaderos y nos quitan la mercancía. A los tres días nos regresan los discos y las películas. Todo es negocio, con lo prohibido todos ganan", asevera Julio, un joven de 17 años que es un experto en grupos musicales y películas de estreno.

Y cómo no. Vende piratería desde los 14 años.
Benito Jiménez, Reforma, 8 de abril.

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